ERP. Una crisis política producto de la torpeza del mandatario Martín Vizcarra Cornejo, dio origen a revivir viejas ambiciones por quebrantar el orden constitucional con visos de legalidad. Unas pruebas difundidas con una celeridad sorprendente, un verdugo seriamente cuestionado y un presidente del Congreso aparentemente ávido de poder, nos llevaron a ser testigos de escenas ya vistas en este lustro.
La estratagema pasó tan rápido en el Congreso, que de repente el primer día se presentan unos audios, después en horas de la noche ya se tenía una moción de pedido de vacancia, una programación urgente de pleno para aceptarla y una convocatoria al siguiente día para admitirla a trámite, luego 65 votos que dijeron sí y con una premura sorprendente se fijó para el 18 de septiembre el pronunciamiento de fondo.
El camino seguido tiene aparentemente varios objetivos, sacar de palacio de Gobierno a Vizcarra, convertir a Manuel Merino de Lama en su sustituto, retrasar las elecciones generales del 2021 amparándose en los problemas de la pandemia y otorgarles a los actuales congresistas un plazo más para que sigan usufructuando de los beneficios del cargo. Este hecho, fue denunciado semanas atrás por el Semanario del periodista César Hildebrandt.
Tras declaraciones, ampliaciones, opiniones del día siguiente, el presidente del Consejo de Ministros Walter Martos otorga un pronunciamiento público y tras comentar los hechos el Ministro de Defensa confirma las pretensiones golpistas o de sedición de Manuel Merino de Lama, detalla los testimonios de los comandantes generales de las Fuerzas Armadas y todo queda al descubierto.
Posterior a estas acusaciones la respuesta no tardó.
Manuel Merino de Lama, presidente del Congreso de la República convoca a conferencia de prensa para explicar sus fracasadas coordinaciones con jefes de las FFAA. Totalmente encorajinado, demuestra que el control de sus emociones no forma parte de su personalidad. Grita, vocifera, gesticula, gruñe, muestra el Reglamento del Congreso y la Constitución Política del Perú y luego, con un verbo tosco, pretende defender la memoria de Fernando Belaúnde Terry, el fundador del partido Acción Popular.
Lo cierto, que su aclaración se convirtió en confirmación.
Con una frase cándida, impropia para un político con varios lustros de congresista, que no sabe diferenciar el rol de las Fuerzas Armadas y de los oficiales que la representan en un sistema democrático y más aún las implicancias legales de sus hechos. ¿No tenemos que darle la tranquilidad a las FF.AA. y a la ciudadanía? Se preguntó y sin duda las respuestas de hilaridad se mezclaron con los de la seriedad que implica traerse abajo a un presidente sin respetar el debido proceso.
¿Pero quién es el acusado de golpista? Manuel Merino de Lama, es un político tumbesino sin formación académica y por ende sin grado ni título universitario. Si bien es cierto que ingresó a la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional de Tumbes no culminó su carrera. Fue congresista de la República del 2001 al 2006 y del 2011 al 2016. Fue elegido para el periodo corto que terminará el 28 de julio del 2021.
Tumbes, es un departamento pequeño, con poca población electoral y por ende con una limitada representación parlamentaria. En la elección Merino de Lama obtuvo 5,271 votos preferenciales los cuales le permitieron obtener una curul. Consecuencia de los consensos logrados con otras fuerzas políticas fue elegido como presidente del Congreso, cargo que habría pretendido usar para los fines de abrupta sucesión.
Las declaraciones de diversos líderes, que lo acompañaron en este travesía se han pronunciado que no avalarán la vacancia presidencial y solo se mantienen firmes en esta idea los congresistas de Acción Popular y de Unión por el Perú, donde milita Edgar Alarcón el autor material de la moción de vacancia.
Como dijimos en su momento, en el marco constitucional actual una vacancia no es un tema jurídico, sino de aritmético. La causal utilizada es tan imprecisa y vaga que puede caber cualquiera interpretación y llevar a las peores crisis si no se regula mediante los procedimientos respectivos. Urge como en otros temas precisar sus alcances, de lo contrario siempre estaremos expuestos a las crispaciones políticas más inesperadas.
Aún resta una semana para dilucidar si realizan la vacancia, si se rechaza o si el Tribunal Constitucional asume competencia como ha informado el Ejecutivo. En un país tan incierto como el Perú, cualquier cosa puede suceder y lo visto en la semana es una muestra; se tiene miles de contagiados y muertos por COVID-19; la pandemia ha dejado un desempleo tremendo; sin embargo, para las pequeñas mentes del Congreso, lo fundamental es crear una crisis para apoderarse de la presidencia de la República.
Manuel Merino de Lama (AP), sucedería a Vizcarra en caso de vacancia; sería el primer presidente sin formación académica, pues solo culminó secundaria; además, en últimas elecciones obtuvo la nimia cantidad de 5,271 votos preferenciales. ¿Tiene méritos?. pic.twitter.com/c3gMAGu929
— Andrés Vera Córdova (@andresveracordo) September 13, 2020