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Vie, Abr

Perú: Lluvias, huaicos, destrucciones y planificación urbana

Andrés Vera Córdova
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ERP. Varias regiones se han visto sorprendidos por la densidad de las lluvias estacionales y los efectos negativos en la vida de cientos de familias en todo el territorio nacional; además los impactos irreversibles en bienes materiales privados y públicos. Las lluvias actuales como en otras veces, han permitido mostrar una vez más las principales debilidades de la planificación urbana en los asentamientos poblacionales.

Después de muchos años, la fuerza destructora de las aguas llega a Ica, donde se estima que se han visto afectadas unas 7 mil familias en deslizamientos; en Huancavelica la destrucción material ha llevado a la sorpresa nacional, sobre todo por el colapso de un hotel que se encontraba a la vera del río y lo mismo sucede con poblaciones en la ciudad de Lima, donde el río Rímac ha causado daños.

El riesgo por lluvias en costa, sierra y selva, no es nuevo. Cada cierto tiempo, somos testigos de lo acontecido en tal o cual región. Por el momento, en lo que va de estos eventos en el 2017, el Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci) ha registrado 19 emergencias, las cuales es probable que sigan con sus impactos negativos e incorpore a las otras regiones que aún no tienen casos de deslizamientos, inundaciones, precipitaciones y huaicos, que son lo más común en los meses de enero, febrero, marzo e incluso abril.

Huaico

Efecto destructor de las aguas de lluvia en el Perú - Fotografía INDECI

En el caso de la región Piura en otras oportunidades, las lluvias intensas frenaron su desarrollo. Lamentablemente transcurrido los eventos, lo realizado como labor de previsión es insuficiente y más aún, se ha permitido que se asienten poblaciones en lugares vulnerables a lluvias intensas. De acuerdo a las evidencias negativas de los últimos tiempos, muchas otras ciudades del centro y del sur tienen los mismos problemas de improvisación e inacción previa.

Lo mismo sucede en las acciones previsiones de los huaycos en asentamientos poblacionales de las zonas bajas, las resultan seriamente afectadas. Lo lamentable es que son hechos ya recurrentes en periodos similares de años anteriores. Lo que quiere decir, que se vive con dolor una destrucción o una pérdida humana y material; pero se es incapaz de cambiar y regresan al mismo lugar.

Las inundaciones son propias de lluvias intensas. Se inundan y destruyen los cultivos; sucede lo mismo con viviendas construidos en hondonadas causando ingentes pérdidas; se pueden perjudicar las viviendas y construcciones cercanas a un acantilado e incluso en algunas oportunidades con pérdida de vidas humanas y sobre todo, se perjudican quienes viven en las riberas de los ríos o del mar.

La situación de este 2017 y solo en sus inicios también ha producido deslizamientos. Es en Ica donde se han afectado más de 100 hectáreas de cultivo, las que podrían ser mayores en caso siga lloviendo en las partes altas. Esta es una situación delicada, considerando que esta región se ha convertido en un polo productor y exportador de recursos agropecuarios.

Aunque es repetitivo este tipo de análisis, se debe considerar que lluvias intensas puede producir la destrucción de las vías terrestres, como ha sucedido en Arequipa o como sucede en algunas zonas de Lima. Igual podría acontecer en el departamento de Piura, donde se ha incrementado las áreas de uso agrícola, en la mayor parte sin ningún tipo de previsión frente a este tipo de riesgos.

Igualmente, las lluvias producen la destrucción de cultivos y de infraestructura agrícola, sobre todo en las zonas de la costa, donde las cuencas han sido utilizadas para sembríos. Regiones como Ica o como Piura, se han expandido para cubrir una demanda exportadora, en tal sentido, más áreas para cultivos forman parte de su realidad, las mismas que son proclives a perderse si no existe una gestión del riesgo adecuada.

Aunque este tipo de eventos causa enormes daños en la infraestructura pública y privada, también es verdad que la pérdida de vidas humanas por los huaicos son hechos lamentables y sentidos. No debería suceder; sin embargo, la naturaleza no tiene contemplaciones y ante una avalancha de piedras y agua, sigue la gravedad y en su paso, va destruyendo todo lo que encuentra. Lo acontecido en 1970 en Huaraz es un caso para nunca olvidar.

Son la pérdida de viviendas y otras construcciones públicas las que se afectan con las inundaciones y si estas se encuentran en las riberas de los ríos, el riesgo es mayor. En diversas ciudades, existe una costumbre de construir en lugares inadecuados y en los cauces de quebradas secas o cercanas a las orillas de los ríos e incluso del mar, frente a un evento intenso, la creciente de los ríos son los más afectados.

La escases de alimentos es quizá el efecto que agudiza y crea más problemas a la población. Primero por la falta de los mismos, ante la imposibilidad de un comercio normal, segundo por la destrucción de áreas de cultivos y tercero por la especulación y el acaparamiento.

En líneas generales, una lluvia intensa, crea muchos problemas a las poblaciones y lo más lamentable, son incapaces de adoptar medidas racionales después del evento.

Declaratoria de emergencias. Es lo más eficiente y eficaz que existe frente a un desastre. Para parte de la población no sirve para nada, para los gobiernos es una ventana para gastar sin los parámetros normales y para los necesitados una herramienta que podría paliar su desgracia y talvez reducir su dolor. Lo cierto que frente a un periodo atípico de lluvias, tanto como una sequía u otro desastre darán con gran prontitud una medida de emergencia que servirá de poco para recuperar todo lo que se perdió.

Sin embargo, la mejor manera de prever es simple; incorporar la situación de riesgo en todas las acciones humanas y en el caso de las ciudades, garantizar la planificación y la previsión vía el cumplimiento de las normas municipales y de vivienda que existen; mucha autoridad para hacer prevalecer la racionalidad y alternativas seguras siempre para atender el crecimiento urbano. Por lo tanto, INDECI tiene algunas recomendaciones que deben considerarse. 

 

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