ERP. Durante el siglo XVIII, fueron varias las expediciones científicas que llegaron a América, y en cuyo derrotero estuvo el virreinato del Perú. La presencia de estos estudiosos permite el conocimiento de la realidad nacional de entonces, desde la propia visión de los viajeros que dejaron sus impresiones en manuscritos e impresos, cuyas anotaciones resultaron valiosas para las reformas que se propusieron las autoridades hispanas.
Por Miguel Arturo Seminario Ojeda
Director del Museo Electoral y de la Democracia del Jurado Nacional de Elecciones
Uno de esos viajeros fue Carlos María La Condamine, a quien el historiador de la PUCP, Sandro Patrucco Núñez ha estudiado y difundido en su artículo, “La Condamine, estudioso del indígena americano: aproximación a sus fuentes etnográficas”, publicado el 2020, en el que, como se menciona en el resumen, se indaga sobre tres fuentes de interés indígena, que sirvieron a La Condamine, para sus escritos sobre el indígena peruano, en el momento que llegó al Perú.
Las publicaciones sobre América, de Charles-Marie de La Condamine generaron un impacto entre el público europeo que se acercaba a la realidad americana, a través de una pluma de prestigio, que siguiendo el rastro de descripciones anteriores, procuraba acercarse más a ese mundo que muchos ignoraron.
Carlos María La Condamine. | Fotografías Internet
Son muy valiosas sus mediciones ecuatoriales, y su búsqueda de especies raras, como lo hicieran también Jorge Juan y Antonio de Ulloa, y posteriormente el Barón de Humboldt. La experiencia de La Condamine fue mucho más allá, con su llegada al Amazonas, después de haber permanecido en Quito y Loja, donde hizo estudios de la quinina, antes de ingresar a Jaén.
Hoy lo evocamos, no solo por sus escritos sobre los aborígenes del Perú, sino porque su muerte se produjo un día como hoy, el 4 de febrero de 1774. Charles-Marie de La Condamine nació en 1701 en Francia, su formación como matemático y cartógrafo, lo llevó al desarrollo de investigaciones que le dieron nombradía universal. A esto se suma su pasión de explorador, participando en la expedición enviada por la Real Academia de las Ciencias de París, con el propósito de medir el meridiano terrestre en los andes ecuatoriales del Perú.
La Expedición Geodésica Francesa de la que formó parte en 1735, de acuerdo a Patrucco, puso fin a la polémica sobre la esfericidad de la tierra. Para su organización y envío, siguiendo los protocolos correspondiente, el gobierno francés solicitó al soberano Felipe V de España, el permiso para adentrarse en las posesiones hispánicas, y realizar los experimentos que se programaron.
Con La Condamine, integraban la expedición los científicos Louis Godin, Joseph de Jussieu, Pierre Bouguer, Jorge Juan, y Antonio de Ulloa. La expedición geodésica salió de La Rochelle el 16 de mayo de 1735, iniciando sus trabajos en Quito, para finalizar su cometido en 1743, y la publicación de los resultados al año siguiente.
La Condamine hizo observaciones en Jaén, y en toda la selva peruana que visitó, dejando sus impresiones sobre los aborígenes de esa zona, Dejó de lado la versión del Inca Garcilaso de la Vega sobre el origen de los incas y los comienzos de su función civilizadora, para acercarse a una realidad más posible, desde diferentes fuentes de consulta.
Puede haber cuestionamientos sobre sus apreciaciones alrededor de los indígenas del Amazonas, pero no debe dejar de considerarse, que es una aproximación a la verdad, que es lo que busca la ciencia, y él era un científico, de los más notables de su tiempo.
A La Condamine, tanto como a Jorge Juan, y a Antonio de Ulloa, se les conoce poco en el Perú, salvo entre la colectividad académica donde sus nombres no pasan desapercibidos; lo que no ocurre con Alexander von Humboldt, a quien si se le ha popularizado al darle su nombre a instituciones educativas, calles, parques, y haberse levantado bustos y otros instrumentos que recuerdan su llegada al Perú, y por sobre todo, el haber nominado así a la corriente marina de invierno en el océano Pacífico.
