ERP/N.Peñaherrera. Hace unos días, varias organizaciones demandaron en Sullana que se actúe coercitivamente contra las empresas de productos hidrobiológicos que estarían desaguando sus residuos líquidos sin tratar en el sistema de alcantarillado del área metro, y por ende, en el río Chira.
Quizás no haya mucha novedad allí, excepto el pronunciamiento que siempre es necesario para sentar posición y para evitar que nos olvidemos del problema –uno de los tantos problemas- que tenemos todos los días.
Pero, ¿qué dirías si te contara que para cuando se publicó el pronunciamiento, la medida coercitiva ya se había aplicado, y con días de anticipación?
Una alta fuente del Gobierno Regional de Piura me escribió con sorpresa al leer el pronunciamiento. Según me relató, 72 horas antes ya habían multado con más de 100 mil nuevos soles a una de estas empresas por presunta contaminación ambiental, que en el Perú solo aplica legalmente a la que se ejerce sobre agua y suelo. La del aire sigue siendo un vacío… mas bien un Gran Cañón legal.
Entonces, si ya se dio el castigo a fulano, ¿por qué nadie dijo que ya se le había castigado? ¿Hay tránsito lento en el flujo de la información entre las instancias que vigilan la calidad ambiental de nuestra comunidad?
Basado en el hecho y la información que me proporcionaron, parecería que sí.
Cuando el año pasado, la Municipalidad Provincial de Sullana convocó a varias instituciones para ver cómo se unían para abordar este problema, una de las cosas en que se hizo hincapié, especialmente desde el lado de las ONG, es que necesitamos intercambiar información a tiempo tanto a nivel de las instancias como hacia el público.
De ese modo, todo el mundo sabía en qué va la estrategia y cuál sería su parte del esfuerzo para reducir o aniquilar el problema.
El chiste es que tal información debía fluir con rapidez, como lo demanda el tiempo en que vivimos ahorititita.
el otro riesgo que flota en el aire es si la empresa pagará o no la multa. El temor de varios observadores es que ésta termine denunciándose ante los operadores de justicia, y ya sabemos que eso tomará meses, si no años si vamos de apelación en apelación. Y mucho más, si es que en todo el flujo intervienen entes no judiciales que terminan ofreciendo un periodo de gracia al infractor para que se adecúe, a pesar de la multa.
Como resultado, la cosa queda en nada.
¿A quién no le hace gracia este flujo lento o cuasi-bloqueado? Al vecindario de Las Colinas del Chira y el cuadrante sur del área metro, quienes, en el peor de los casos, deben aspirar el resultado de tal contaminación, que –insisto- solo se imputa en Perú a nivel de agua y suelo.
Y tienen fotos muy gráficas que demuestran su malestar y que tendrían la razón para que la justicia les proteja. No son secretas; andan fluyendo a la velocidad del ADSL en las redes sociales.
Cuando el flujo es lento, se debe aplicar algo que lo laxe o lo limpie. Si, igualito con eso que te estás imaginando. Es la única forma en que la suciedad no siga mellando nuestro ambiente y nuestra salud.
Y ya sabemos qué pasa cuando el paciente desarrolla septicemia…
(Opina al autor. Síguelo en Twitter como @nelsonsullana)