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Dom, Dic

Piura: Arzobispo hace llamado urgente a luchar juntos contra la corrupción, el desgobierno y caos en el que se desenvuelve nuestra vida nacional

Piura
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ERP. En medio de un clima de profundo fervor, y con ocasión de celebrarse el 201° Aniversario de la Independencia del Perú, los fieles piuranos participaron de la Santa Misa y Te Deum en la Basílica Catedral de Piura, donde ofrecieron sus plegarias y súplicas por el país.

La celebración eucarística estuvo presidida por el Arzobispo Metropolitano Monseñor José Antonio Eguren Anselmi, S.C.V., y fue concelebrada por el R.P. José Sandoval Purizaca, Párroco de la Parroquia San Miguel Arcángel, el R.P. Wilfredo Gonza Calderón y el R.P. Felizardo Arrascue Vega, Capellanes del Ejército y de la Fuerza Aérea respectivamente, en nuestra Arquidiócesis. También se contó con la asistencia de las más altas autoridades políticas, civiles, militares, diplomáticas y universitarias de la Región, presididas por el Dr. Servando García Correa, Gobernador Regional de Piura y el General de División EP Orestes Martín Vargas Ortíz, Comandante General de la Primera División de Ejército y Comandante del Comando Operacional del Norte, así como de los miembros de las Asociaciones Cívico Patrióticas de nuestra ciudad.

Al finalizar la Santa Misa con gran júbilo y expresando gran amor por el Perú, todos los presentes entonaron a viva voz el Himno Te Deum y las sagradas notas de nuestro Himno Nacional, acompañados por la Banda Conjunta de Músicos de las Fuerzas Armadas del Perú.

Durante su Oración Patriótica, el Arzobispo se refirió a la actual situación que vive nuestro país:

Ante el peligro siempre latente del totalitarismo, que, por medio de la imposición de una Asamblea Constituyente, buscaría implantar un régimen ideológico en el Perú, no se debe olvidar que no hay verdadera libertad cuando todos los poderes se concentran en manos de un grupo, o cuando el bien común se confunde con los intereses de un solo partido o ideario político que se identifica con el Estado, el cual tiende a absorber en sí mismo a la nación, la sociedad, la familia, las comunidades religiosas y a las mismas personas. No hay verdadera libertad, cuando las libertades de los individuos son absorbidas por una colectividad, negando al mismo tiempo toda trascendencia al hombre, y a su historia personal y colectiva".

Eguren Anselmi 1

Un año después de haber celebrado el Bicentenario de nuestra Independencia Nacional, ciertamente desearíamos que el escenario, nacional y regional, fuera radicalmente distinto al que realmente existe hoy en día. Pero lamentablemente no es así. Hoy vemos con dolor y profunda preocupación, cómo la corrupción ha alcanzado niveles inconcebibles, escandalosos, y ha manchado a los más altos representantes del poder político, incluidos sus familiares más cercanos. Pareciera que se concibe al Estado peruano como un botín, ante el cual, no hay tiempo que perder en saquear.

En apenas un año, las denuncias de corrupción en el gobierno, no han dejado de sucederse día tras día ante la indignación y el escándalo de todos, como son entre otras, los descarados lobbies nocturnos, los negociados en las adjudicaciones de las obras públicas, los actos de nepotismo, favoritismo, y presiones en el nombramiento de cargos en el sector público y castrense, el copamiento del Estado, el tráfico de influencias, las presuntas asociaciones ilícitas para delinquir, los posibles actos de obstrucción de la justicia y encubrimientos, coimas de todos los montos, y para todos los gustos, ofrecidas en maletines o descubiertas en los lugares más insólitos, etc. Todo ello ha generado la comprensible indignación y el repudio nacional. Cabe preguntarse: ¿Podrá sostenerse un gobierno marcado por tantos escándalos?

Constatamos con suma preocupación el desgobierno y caos en el que se desenvuelve nuestra vida nacional. En un año de gobierno se han sucedido cuatro gabinetes ministeriales y 52 ministros de estado. En algunos ministerios tan importantes como el del Interior, llamado a garantizar el orden interno y público, y proteger el libre ejercicio de los derechos y las libertades fundamentales de las personas, se han nombrado 7 ministros en esta cartera, en menos de un año. A todo ello se suma la pésima elección, por parte del Ejecutivo, de los equipos de gobierno para conducir el Estado peruano.

Con la actual ingobernabilidad existente, se han generado una serie de actos de violencia, muertes y lesiones graves de compatriotas, el secuestro, la extorsión y el robo agravado a periodistas, claras amenazas a la libertad de prensa, la destrucción de la propiedad pública y privada, huelgas que perjudican el crecimiento económico del Perú y el bien de todos los peruanos, y como si esto fuese poco, a todo ello se suman los problemas generados por la injusta guerra impuesta por Rusia a Ucrania, que, en el caso de Perú, hacen que la situación se agrave aún más.

Por todo ello es justo preguntarse: ¿Será capaz el actual Gobierno de dirigir los destinos de la Nación en los próximos cuatro años? Si seguimos así, ¿el Perú no se encamina a un abismo obscuro y a una anarquía social? ¿No será este desgobierno y caos, parte de un plan para hacer implosionar el actual estado de derecho, y con ello nuestra frágil democracia y a sus instituciones? ¿Estamos acaso ante una desinstitucionalización programada?

Por el lado del Poder Legislativo, la realidad no es más alentadora. No es posible que, en medio de la peor crisis de nuestra historia reciente, los llamados “Padres de la Patria”, no logren ponerse de acuerdo, estén divididos, enfrascados en una lucha por el poder, anteponiendo sus intereses particulares y de grupo político, a los sagrados intereses del Perú. No se debe permitir que la prevalencia de intereses personales y el partidismo, le sigan haciendo tanto daño al país. Como lúcidamente afirmaba el Maestro Basadre, hoy “se requiere cordura, lucidez y la superación de los viejos vicios de la lucha política criolla, que son el faccionalismo, la aptitud para el dicterio, el atolondramiento”.

En este nuevo aniversario patrio, hago un llamado al entendimiento y a la unión entre todos los peruanos y piuranos a defender nuestra democracia y nuestras libertades fundamentales de manera justa y pacífica, así como realizar un trabajo más coordinado y eficiente en beneficio de todos, pero especialmente de los más pobres del país y de nuestra Región.

Es incomprensible cómo en una Región con tantas necesidades, no se tenga capacidad de gestión y de gasto para las obras que tanto necesitamos los piuranos, habiendo entre nosotros tan buenos y honestos profesionales. El no corregir la ineficiencia estatal, el inmovilismo ante el clamor de las necesidades de la población, es también una forma de corrupción.

Por eso quiero nuevamente dirigirme de manera especial a nuestros gobernantes, a los congresistas de nuestra Región, así como a la clase política piurana, a los funcionarios públicos, al sector privado, y a todas las personas de buena voluntad, para que unidos trabajemos por impulsar y hacer realidad las grandes obras que nuestra Piura necesita, no de ahora sino desde hace muchísimos años.

Exhorto a todos, pero en especial a nuestras autoridades, a que “No nos cansemos de hacer el bien” (ver Gal 6, 9-10). En los meses que aún les quedan de gestión, antes de concluir sus mandatos el próximo 31 de diciembre, por lo menos dejen encaminados y asegurados los grandes proyectos que necesita Piura. Una vez más, los apremio a convocar a los especialistas y técnicos piuranos más calificados, para que trabajen en hacer realidad estos proyectos.

Alguno podrá considerar que mis palabras en este nuevo aniversario de la Patria mueven al desaliento y a la desesperanza. Nada más contrario que ello, quieren más bien ser un estímulo para que reaccionemos todos, por amor al Perú y a Piura, porque no podemos ni debemos seguir como hasta ahora. En la víspera de celebrarse mañana, 27 de julio, el 188° aniversario del nacimiento del Gran Almirante del Perú y Peruano del Milenio, don Miguel Grau Seminario, ante su egregia figura se renueva nuestra esperanza.

Junto con nuestros Santos peruanos, Santa Rosa de Lima y San Martín de Porres, Grau y nuestros Próceres y Héroes, no sólo representan lo mejor del Perú, sino la certeza de que los peruanos somos capaces de forjar una Patria justa, fraterna y reconciliada, fundada en los valores y en las virtudes morales que hacen grande a una Nación. Valores y virtudes que brotan de la fe cristiana y católica, que es el sustrato del alma peruana, y que son vivificados por ella.

Miguel Grau y Angamos, Francisco Bolognesi y Arica, José Abelardo Quiñones y Quebrada Seca, Alipio Ponce y Carcabón, son el símbolo más hermoso y esperanzador de que el Perú no se rinde, por más grande que sea la adversidad. Ellos representan el ejemplo de morir peleando, la voluntad de no quebrarse ante el infortunio.

Diario El Regional de Piura
 

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