ERP. La Nochebuena es una de las festividades católicas más conmemoradas por la población piurana y peruana en general. Sin embargo, las particularidades que se viven por la pandemia de la Covid-19 conllevó a normas especiales que llevó a austeridad en las familias y eventos religiosos virtuales y otros con una cantidad de fieles limitadas.
En el caso de la Basílica Catedral de Piura, el Arzobispo Metropolitano Monseñor José Antonio Eguren Anselmi S.C.V., presidió la Santa Misa de Nochebuena, la misma que fue transmitida por las redes sociales y permitió destacar las razones de esta celebración y el significado para las familias peruanas y piuranas. Contó con pocos feligreses de acuerdo a los protocolos establecidos para este tipo de celebraciones religiosas.
“No hay pandemia ni crisis capaz de apagar la luz de la Navidad, porque con pandemia o sin ella Dios viene a visitarnos; asimismo, no hay restricciones para vivir la Navidad, pues para vivirla solo una cosa es necesaria, acoger, adorar, y adherirle el corazón al Niño Dios que nace”. Indicó en sus primeras palabras el arzobispo de Piura y Tumbes para referirse a las condiciones de esta Navidad.
“La Navidad es la bondad de Dios que ha venido a nuestro encuentro para comunicarnos la verdad que salva (…) animo a todos en esta Nochebuena a que nos acerquemos a los pesebres de nuestros hogares y adoremos a Enmanuel es decir Dios entre nosotros” indicó con fervor religioso.
“Como no reconocer y agradece en Navidad a tantas personas que a lo largo de estos meses de manera silenciosa y abnegada se han entregado a servir a nuestros enfermos y ancianos, a los que están solos y los más pobres, a los médicos, a las enfermeras y enfermeros, al personal de salud, los policías y militares, los miembros del Cuerpo General de Bomberos y del Sistema Nacional de Defensa Civil (…) a todos ellos nuestro reconocimiento y eterna gratitud porque siguen desempeñando su labor con gran amor y abnegación, poniendo en riesgo sus propias vidas, sacrificando el estar con sus familias para atender a los enfermos” precisó monseñor.
Lo mismo sucedió en las diversas parroquias e iglesias de la región Piura, donde no estuvieron exentes los actos de religiosidad de las familias piuranas. Se observó en la Iglesia Matriz de Sullana, donde llevó adelante la misa de Nochebuena, contando con pocos feligreses; igual se reporte en la Iglesia de Buenos Aires y de Santa Rosa donde la misa se hizo a las 8 de la noche. En la Iglesia del Tránsito del distrito de Castilla la misa del gallo fue programada para las 10 de la noche.
Sin duda que la pandemia ha reconfigurado la celebración de Navidad; las familias han mantenido, en gran parte su presencia nuclear y las reuniones y concentraciones de todos los años, fueron desplazadas por una medida de seguridad.