ERP. Un partido inolvidable. Glorioso. Melgar logró una hazaña épica que engrandece al Perú en un escenario que jamás se pensó: los arequipeños vencieron al poderoso Internacional de Porto Alegre en su propio estadio, con su propia gente, y clasificaron a las semifinales de la Copa Sudamericana.
El partido estaba cuesta arriba, incluso desde antes de empezar el encuentro: luego del empate en Arequipa, ganar al poderoso Internacional de Porto Alegre, en el mismo Brasil era un resultado más cercano a una quimera que una realidad tangible.
Sin embargo, por momentos el cuadro dominó hizo pensar a los arequipeños que una victoria era posible, especialmente con la expulsión del volante de contención Gabriel por un pisotón al “Chaca” Arias, y que el árbitro Roberto Tobar no dudó en sacar la roja directa.
A pesar que la historia y la localía estaban a favor de los de Inter, Melgar en ningún momento regaló la victoria y sostuvo un empate que, a mitad del segundo tiempo, más parecía una sorpresa.
Lo cierto es que los locales no podían romper el arco de un Cáceda que se consagró como el jugador más valioso del partido al ahogar varios gritos de gol... aunque la historia del encuentro no solo lo consagraría como el mejor del campo, sino como el héroe de la copa.
La rebeldía de los arequipeños no se acomodó a las expectativas del rival que, poco a poco, dejó inclinar la balanza a favor del cuadro dominó y los pasos se sentían en el arco de Daniel, gracias los avances de Reyna, Cuesta y Bordacahar.
Un Internacional desesperado, con la presión de la localía y una historia que le gritaba al oído que no podían irse a los penales contra los dirigidos por Lavallén, en su propio estadio y con su propia gente sufriendo desde las gradas... pero los penales llegaron.
La agonía de los penales
Hay definiciones por penales cuyos resultados están en la historia como un marcador más. Sin embargo, esta definición debería tener, al costado del marcador, entre paréntesis, que Cáceda atajó los tres primeros penales.
Debería decir que si hay un jugador determinante en este resultado histórico es Carlos Cáceda, que si es suplente en la selección es porque la historia del fútbol es esa: la injusticia de los arqueros que solo tienen un puesto dentro de los once.
Denilson, Tyson y Carlos de Pena recordarán a Cáceda toda su vida. Lo recodarán hoy, antes de dormir y lo recordarán en 20 años, cuando piensen en Perú, cuando recuerden a Melgar de Arequipa. Sin temor a errores, es el mejor partido en la carrera del gran arquero peruano.
Un arquero que como Melgar nadie lo vio llegar. Un arquero y un equipo que representan la humildad del pequeño que nadie ve como campeón, pero cuando llegan son capaces de decir que Perú no es solo Lima. Que Perú merece un sitio en la gran mesa del fútbol. Que si bien es cierto que no tenemos mundial, si tenemos el orgullo de ser peruanos, que nuestra historia también es rica... Porque hoy todos somos Melgar. Todos somos Arequipa. ¡Todos somos Perú! (Andina)