ERP/Factortierra.net. Si estás entre tus 20 a 40 años de edad, o un poco más, el Parque Infantil te evocará divertidos momentos en compañía de la familia o las amistades. Éste ha sido uno de los pocos espacios públicos gratuitos que, bajo frondosos árboles y entre juegos recreativos ha servido para que las familias de la provincia de Sullana pasen momentos de solaz, respirando aire puro y activando pequeños negocios locales de venta de frutas y pipas heladas de coco.
A lo mejor pretendiste ser un o una gran artista en su concha acústica montando tu propio espectáculo a modo de juego, o quizás no tan al juego.
Cuando el río era el balneario de moda para los habitantes del medio Chira, el Parque Infantil era el siguiente lugar a visitar tras refrescarse en sus aguas, o quizás era el primer punto antes de pasar al río.
Pero, en lugar de evolucionar y ofrecer mejores servicios, el espacio se fue descuidando, al punto que sus árboles se secaron y la delincuencia se apoderó de su perímetro, y ebentualmente de su superficie. Nadie parecía tomar cartas en el asunto a pesar de múltiples promesas de intervención, hasta que estudiantes de la filial de la Universidad Nacional de Piura (UNP) en Sullana (PRODEUNP) emprendieron un proyecto para recuperarlo ecológica y estructuralmente.
Se aliaron con el Club de Leones Almirante Miguel Grau de Piura , y se propusieron limpiar, reforestar, pintar y embellecer el lugar.
Aunque el cabildeo con el vecindario circundante se había iniciado semanas antes, los estudiantes del octavo ciclo del programa de Ingeniería Ambiental y Seguridad Industrial de PRODEUNP se juntaron el 21 y 28 de enero y el 4 de febrero para ejecutar cada una de las fases, bajo la orientación de la docente María del Carmen Moscol Zapata.
Los 33 estudiantes se plantearon una cruzada de educación ambiental con involucramiento de la comunidad circundante para cuidar el entorno natural y la infraestructura pública. Cada uno aportó cuarenta soles (unos doce dólares) para comprar pintura y materiales que hicieran falta; además, cada uno tenía que llevar dos plantas y sus propias herramientas de trabajo.
La primera jornada se dedicaron a recoger residuos sólidos y limpiar maleza: "las gradas [que separan los dos niveles] no podían distinguirse debido a la arena que se encontraba encima de cada escalón; también se limpió la piscina y las paredes", recuerda Amado Aranda, uno de los integrantes del equipo.
La siguiente jornada se dedicaron a sembrar nuevas plantas y a protegerlas con llantas, las que pintaron vistosamente para dar un aspecto agradable a la vista.
La última semana del proyecto dedicaron días extra para avanzar lo pendiente y poderlo entregar a la comunidad este domingo 4. Así el miércoles pintaron juegos y árboles, el sábado sembraron 50 plantones donados por sus aliados del Club de Leones, resanaron bancas, veredas, piscina, gruta y el recordado laberinto.
Finalmente, este domingo 4, pintaron las estructuras faltantes y dejaron el proyecto listo para que la comunidad lo aproveche otra vez.
Según los promotores, el impacto ambiental directo será positivo en la medida en que los árboles que sembraron puedan crecer bajo el cuidado de la gente que vive alrededor del parque y la población de Marcavelica.
"Reduciremos la contaminación de dióxido de carbono que emiten los vehículos que transitan por esa zona", explicó Aranda.
Como impacto social, los promotores devuelven a la comunidad un espacio público que fomente la unidad familiar y la práctica del deporte.
También aseguraron que existe un compromiso firme de quienes viven alrededor para cuidarlo, que ya se ha venido notando durante la ejecución.
"Los vecinos que tienen su negocio frente al parque nos apoyaron enormemente brindándonos agua, electricidad y uno que otro producto, como
refrigerio de manera gratuita", puntualizó Aranda.
Ahora le tocará a la comunidad protehger este esfuerzo, además de disfrutarlo sanamente, para volver a ponerlo en valor y convertirlo en una atracción turística a nivel departamental.
[Fotos Cortesía: Amado Aranda]