ERP. Comemos pan desde hace unos 7.000 años así que es normal que, en algún momento de la historia –alrededor de hace 2.000 años–, hubiera gente que quisiera darle una vuelta de tuerca a este alimento añadiendo ingredientes para darle más sabor. Lo que empieza como un preparado básico como la focaccia, ese sabroso pan ligero y aromático gracias al orégano, acaba como uno de los platos preferidos en todo el mundo por su versatilidad.
A la base se le puede añadir cualquier cosa. Hay pizzas para todos los gustos. Los primeros hallazgos relacionan este delicioso invento con los griegos, que añadían a sus tortas de pan hierbas, cebolla y ajo. En el siglo VI A.C. los soldados persas del Rey Darío I cocinaban pan en sus escudos añadiendo queso y dátiles.
Se ha ido desarrollando el gusto por distintos estilos que básicamente dependen de la disponibilidad de productos, ya que en cada tierra se han utilizado principalmente ingredientes locales. En el Mediterráneo se ha comido desde la antigüedad –en Francia e Italia, Cataluña, Valencia, Baleares y los Balcanes– hasta llegar a nuestros días como uno de los platos que puedes encontrar internacionalmente y adaptado a cualquier necesidad. Con el descubrimiento del tomate en América y su importación a Europa en el siglo XVI, la pizza sufre una de las mayores revoluciones al añadirlo a sus recetas.
Como con cualquier cosa, existen escuelas o tendencias. En las pizzerías más puristas sólo preparan Marinaras y Margaritas por ser, según dicen, las más antiguas y auténticas. La Marinara, llamada así por ser preparada por las esposas de los marineros que esperaban en tierra la llegada del marido, lleva tomate, ajo, orégano y aceite de oliva virgen. La Margarita lleva salsa de tomate, queso mozzarella y albahaca fresca. Podrás probar ambas a un precio increíble en las ofertas de Telepizza que encontrarás en la web de Groupon. Selecciona tus ingredientes preferidos y encarga un clásico de la historia de la gastronomía.
En Nápoles, Italia, existe una serie de normas para la pizza Napolitana, que especifican que debe cocerse en un horno de leña, que la base no debe amasarse con rodillo sino a mano, sin exceder los 35 centímetros de diámetro ni el tercio de centímetros de espesor en el centro.
Aunque la pizza es un alimento alto en calorías, se puede comer de muchas formas, puedes elegir ingredientes vegetales, incluso algo de fruta como la piña, pasas o dátiles, y reducir el aporte energético, o incrementarlo como hacen los deportistas para cargar pilas antes de la competición.
Las hay elaboradas con harina sin gluten, para celíacos y cualquier otra intolerancia. Se pueden comprar en cualquier supermercado incluso cocinadas, sólo a falta de calentar para disfrutar. Este alimento puede parecer moderno, pero es tradicional y se puede preparar al gusto. Pocos son tan versátiles después de tantos años.
La oferta en el mercado nacional e internacional es diversa y su tradición se impone para el paladar del consumidor. La pizza es una estrella y probablemente siempre estará en todas las cocinas del mundo.