ERP. Las ciudades de la región Piura, tienen lugares que se encuentran expuestos al peligro y cuya ocupación del suelo es bastante antigua, en tanto que otros son consecuencia de la dinámica poblacional. Ignacio Merino, El Chilcal, la avenida Sullana en Pachitea o barrio Buenos Aires por el coliseo Miguel Gerónimo Seminario y Jaime, solo son muestras de problemas similares.
Varias de estas poblaciones ya conocen el desastre y pese a ello, superado el evento pluvial, se mantienen en el lugar a la espera de otra situación similar. Lo cierto, que, en el caso de Ignacio Merino, la enorme laguna ciega que se forma como consecuencia de las precipitaciones pluviales no es nueva, se observó en 1982-83; se volvió a presentar en 1997-98, en otros eventos similares, en el 2017 y en el presenta año.
Para el exdirector ejecutivo del Ceplar y actual Gerente Regional de Recursos Naturales, Econ. Juan Manuel Aguilar Hidalgo, expresó que conoce ciudades de alta densidad en las lluvias, pero se gestiona de tal manera que se ocasionan desastres, además precisa “Mientras no se resuelva el sistema de drenaje pluvial seguiremos dependiendo de las casetas de bombeo; pero, creo además que en algún lugar del mundo debe existir maquinaria de mayor potencia y capacidad para desaguar esas cuencas en el menor tiempo posible”; luego precisa “(…) es que aquí seguimos jugando a las lagunitas”
La urbanización Ignacio Merino de Piura, fue un proyecto lanzado por el gobierno de Fernando Belaunde Terry; era la solución a los problemas de vivienda; pero, nadie previó en entre las Avenidas A, Panamericana y Avenida R, las aguas de las zonas altas se acumularían en una densidad impredecible. Esas familias tampoco presagiaron al momento de ser beneficiario, que estaban adquiriendo una vivienda expuesta al peligro.
La laguna formada en el presente proceso lluvioso, se extiende desde la caseta donde se encuentra la Estación de Bombeo, hasta la parte donde se encuentran tiendas comerciales de muebles, en la intersección del Jr. R, con la Panamericana, existe una hondonada que permite darle más amplitud a la laguna. Debido a la profundidad, un ómnibus que intentó pasar la laguna quedó atrapado en la intersección.
Han sufrido y seguro seguirán sufriendo, los embates de la naturaleza. Se requiere decisión y estrategia, para encontrar una alternativa. Por la pendiente de la ciudad de Piura, es improbable que haya una evacuación de aguas pluviales por gravedad; lo que implicaría una reubicación, sin embargo, la solución técnica deberán darla los ingenieros y decidir los decidores competentes.
Después del fatídico 1982-83 y como trabajo de la reconstrucción se creyó que estaciones de bombeo resolverían el problema; sin embargo, la capacidad de evacuación es insignificante en relación a la cantidad de agua que se acumula. Además de ello, lluvias recurrentes convierten en nada, la acción que podría haberse realizado el día anterior. Tras las últimas lluvias nuevamente las viviendas sufrieron el efecto de esta poza que se yergue indomable a las familias del lugar.
Además, tras esta experiencia, donde se trabajó mejor que después, no se ha vuelto a tener algo que entienda el real problema de Piura y que es la falta de pendiente y la ocupación del territorio para uso residencial de lagunas ciegas que se llenan ante la menor lluvia.
El Ing. Juan Paiva Nunura, un conocedor de estos temas, considera diversas alternativas que deben adoptar los decisores para resolver estos problemas de inundación. Precisó que debería pensarse en piscinas subterráneas aprovechando los espacios libres y sobre todo, evitar que todas las aguas de lluvia lleguen al mismo lugar.
Sin embargo, más allá de las soluciones técnicas al problema de la formación de lagunas en lugares sin posibilidad de evacuación, está la condición de seres humanos de las familias que se perjudica. La Ley de la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios, indica que corresponde al Gobierno Regional definir las zonas que son vulnerables y eso no se ha realizado y debería hacerse.
No es posible, que, con una actitud pasmosa, se mantengan inactivos en la prevención, se espere un próximo evento lluvioso y nuevamente se perjudique a decenas de familias. Se podría decir, que es inhumano permitirlo y es la gran responsabilidad futura, para acondicionar el territorio a las condiciones climáticas y naturales que se tienen, quitándole los peligros que entraña un evento pluvial y garantizar la continuidad de la vida, llueva o no, es la gran misión.