ERP. La igualdad entre hombres y mujeres en la economía, política, educación y salud continúa avanzando en el mundo, aunque las proyecciones se han ralentizado. Según un informe sobre la brecha de género del Foro Económico Mundial (WEF) realizado en 2022, antes de la pandemia faltaban 100 años para lograr la paridad en el mundo; sin embargo, tras su impacto podría tardar más de 130 años.
“Latinoamérica y el Caribe ocupan el tercer lugar de entre ocho regiones con un índice de paridad de género de 72.6%, detrás de Norteamérica y Europa. Aunque desde el 2006 hemos crecido en 6.7 puntos porcentuales, aún existe mucho trabajo por hacer en políticas públicas que fomenten espacios de igualdad entre mujeres y hombres”, puntualizó Silvana de los Heros, representante de RedTec-LATAM.
Este informe compara la evolución de las brechas de género en cuatro áreas: participación y oportunidad económicas, logros educativos, salud y supervivencia, y empoderamiento político. De los 146 países analizados, solo uno de cada cinco ha conseguido reducir la brecha de género al menos un 1 % durante el último año.
De los Heros resaltó la importancia de generar cambios para fomentar la inclusión de mujeres en sectores altamente masculinizados, mejorar las prácticas organizacionales en el sector público y privado, así como acortar las brechas educativas y salariales. “En el Perú los hombres reciben un sueldo mensual promedio de S/1,956, mientras que el de las mujeres es de S/1,412. Esta brecha salarial nos posiciona como una de las tasas más altas en Latinoamérica”, resaltó la especialista.
Mujeres en la investigación
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), en 2019 la tasa mundial promedio de mujeres investigadoras en Latinoamérica era de solo 29,3%. Del total de investigadores en ingeniería y tecnología de la región, el 36% eran mujeres en Uruguay; el 26%, en Colombia; el 24%, en Costa Rica; el 17%, en El Salvador; en Honduras el 21,5%; y en Bolivia y Perú alrededor del 19%.
Por otro lado, un estudio realizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU Mujeres) destaca que en algunas ocupaciones, como en la ingeniería e informática, el porcentaje de participación de las mujeres investigadoras es aún más bajo. Asimismo, menciona que los reconocimientos en estas disciplinas son bastante limitados. Por ejemplo, hasta el 2020, solo el 3% de los Premios Nobel en ciencias habían sido otorgados a mujeres.
En cuanto a matrículas a nivel de educación superior en carreras relacionadas a la ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM), las mujeres representan sólo el 34% en Argentina, el 38% en México, el 30% en Brasil y el 25% en Chile. Además, según una encuesta realizada por el Banco Mundial en empresas de América Latina, persiste una importante brecha de género en las áreas STEM, ya que sólo un tercio de los empleados con títulos en estas disciplinas son mujeres.
La subdirectora de la facultad de Ingeniería y Tecnología de IDAT, Patricia Paulet, destacó que si bien existe un crecimiento paulatino por el interés de adolescentes y mujeres en carreras técnicas relacionadas a estas disciplinas STEM, aún existe un camino muy grande por recorrer en cuestión de paridad.
“En el 2022, un 14.1% de nuestra población estudiantil eran mujeres. La carrera con mayor participación femenina fue Desarrollo de Sistemas de Información, en donde de cada 10 estudiantes 2 fueron mujeres, por esto buscamos impulsar la igualdad de oportunidades para las mujeres, de modo que puedan desarrollarse en nuestras carreras STEAM, ayudando así a reducir la brecha de género, fomentando la diversidad que es la base para crear soluciones, productos y servicios para todos.”, puntualizó Paulet.
Dato.-
Según un informe sobre la brecha de género del WEF del 2022, Norteamérica se coloca como la región más avanzada en paridad de género (76,9 puntos sobre 100), seguida de Europa (76,6) y Latinoamérica y el Caribe (72,6), mientras que los últimos puestos regionales los ocupan el África Subsahariana (67,8), Oriente Medio y Magreb (63,4) y el sur de Asia (62,4).