ERP. Ha fallecido Jorge Mario Pedro Vargas Llosa conocido como Mario Vargas Llosa, el más ilustre de los literatos peruanos de los últimos tiempos. Sus méritos han sido resaltados por intelectuales y políticos nacionales y del extranjero, por lo que decir palabra alguna sobre lo que significó para el arte, las letras y la política son redundantes, pero nosotros queremos hacerlo en algunos temas que lo vinculan con su práctica política y la inspiración telúrica de Piura en sus creaciones.
Lo conocí como periodista en la campaña electoral de 1990, exactamente estuve por primera vez cerca a él, en el sector Ricardo Jauregui de Piura, cuando imbuido por su afán político, transitaba las calles aún polvorientas de ese lugar. Tenía 54 años y su memoria evocó entre los presentes al colegio san Miguel donde estudió y sobre todo a su profesor José Estrada Morales. Preguntaba y se solazaba al escuchar las respuestas.
Sus primeras responsabilidades en la política, las tuvo en la Comisión que pretendió encontrar respuestas en las muertes de Uchuraccay, lo recuerdo incomodo, molesto, decepcionado por la forma y modo como lo interrogaron los jueces, dando a entender que lo consideraban culpable y no autor del informe que diagnosticó la situación de violencia que se vivía en la década de los 80.
Lo que pasa, que el Perú siempre ha estado dividido, antes lo estuvo y lo está ahora y la masacre de Uchuraccay no difiere mucho, en expresión fáctica, de lo sucedido después del 7 de diciembre del 2022. Tenemos, que duda cabe, un Perú real y otro construido por los grupos de poder que no admiten la inclusión como valor ciudadano.
Formó el movimiento Libertad, que fue una expresión genuina de la derecha peruana para salir del clóset y aspirar gobernar el país; en su fórmula estuvo el Partido Popular Cristiano y Acción Popular. La narración que hace en “El pez en el agua” refleja claramente, que aún en composiciones sociales similares, el egoísmo, la envidia, la ambición, corroe diversos intestinos y degradan los fines más excelsos que los motivó.
Perdió las elecciones gracias al alineamiento del Partido Aprista Peruano que puso toda su maquinaria oficialista para apoyar a un desconocido, vilipendio las cualidades del escritor y como furgón de cola se sumaros los partidos de izquierda, para vituperar contra el representante de “la derecha peruana”; era obvio allí de manera evidente estaba el sistema financiero y empresarios de otros rubros.
No sé si el gobierno de Mario Vargas llosa, pudo haber sido mejor o peor que el híbrido de Alberto Fujimori; pero se demostró que por lo menos sus valores y lo que pensaba, los expresaba con claridad, en tanto que en la otra vereda tenía un personaje oscuro, indescifrable, corrupto, que terminó aplicando las ideas del escritor con una frialdad sorprendente.
Se fue renegado del país y se dedicó a escribir, ofendido cada cierto tiempo por el fujimorismo, respondiendo a veces, pero esa derrota que pudo ser diferente para él, lo marcó en su derrotero siguiente. Cuando el país se normalizó vino a Lima y pernoctaba en dicha ciudad, tanto como visitaba su natal Arequipa.
Vino a Piura cuantas veces quiso, quería, amaba, evocaba hechos concretos de lo que significó sus escasos años que estuvo en estas tierras calurosas. Aquella vez y cuantes veces visitó Piura, le preguntaron por la “Casa verde” que el maestro Estrada, con cierta sapiencia creía haber identificado y conocido, cuando en realidad el “escribidor” soslayaba en las respuestas y la ubicaba río abajo o río arriba, sin nunca develar el misterio.
Después de recibir el Premio Novel de Literatura en el 2010, recorrió diversas localidades del país y entre ellas no pudo estar ajena Piura. Fue homenajeado en la Universidad Nacional de Piura, donde un inspirado Sigifredo Burneo Sánchez rememoró su trascendencia y su obra y el rector Edwin Vegas Gallo pretendió elucubrar con elegancia similar de su docente de literatura. Fue un homenaje lleno de piuranidad y de literatura.
En esta oportunidad fue la segunda vez que pudimos estar cerca a él cuando llegó al Gobierno Regional de Piura, donde el presidente regional Javier Atkins Lerggios, le tributó su saludo y bienestar en la tierra que lo inspiró en su labor literaria. Locuaz, sobrio, pertinente, solícito para perennizar el momento. Era Mario Vargas Llosa, el de la “Casa verde”, el de la “Guerra del fin del mundo”, el de “La fiesta del Chivo”; era la literatura caminando. Cerró ese ciclo con la novela "La mirada quieta (de Pérez Galdos)"
Durante los últimos lustros intentó ser detente de la democracia peruana, quizá olvidándose que los peruanos y peruanas tienen una línea divisoria irreconciliable. Llamaba a la responsabilidad del voto y recomendó a Ollanta Humala Tasso, tanto como lo hizo para descalificar a Pedro Castillo y encumbrar a Keiko Sofía Fujimori, pidiendo que voten por ella. Este giro político, quisa sea un error que se le recordará siempre.
Mario Vargas Llosa, el peruano universal, ha dejado la materia para convertirse en vida trascendente. Ya no estará, pero estará. Su línea de pensamiento, sus ideas, sus creaciones morarán siempre en cada rincón de Piura, del Perú y del mundo.