ERP. Durante los últimos días nuevamente las lluvias han evidenciado el riesgo que se vive en el territorio regional frente a eventos climáticos. Más de 200 damnificados en Chulucanas, 3 viviendas colapsadas en Huancabamba y una docente que salvó de milagro, cuando habitaba el colegio que pronto reabriría sus puertas a los estudiantes, es parte de la destrucción acontecida en la sierra piurana.
Lo cierto, que la población se ha posicionado en lugares vulnerables y que recién se toma conciencia cuando sucede un desastre. Cuando se trata de eventos en la costa, la atención aunque inadecuada, llega pronto; sin embargo, es diferente cuando los impactos son el serranía, donde es mucho más tardía la reacción. Hasta ahora, los caminos son los más perjudicados y las lluvias son lo primero que se destruyen.
Los problemas que se presentan por lluvias intensas tanto en la costa como el la sierra son conocidos. Generalmente la activación de quebradas causan problemas en viviendas construidas en el cauce de una quebrada o río o en la ribera de los mismos. Existe una ocupación sin ningún tipo de planificación y se debe por la falta de planificación de la entidad responsable.
La construcción precaria de viviendas, igualmente exponen a la población, como sucedió en el kilómetro 50 de Chulucanas, donde más de 200 viviendas fueron afectadas por los fuertes vientos que acompañaron a las lluvias el último 12 de marzo. Estos eventos, igualmente, llevaron a la caída de árboles, incrementando el riesgo de las familias de esta localidad.
Como sucede en diversas zonas donde existen rios; en la ciudad de Huancabamba, muchas familias se han posicionado sin ningún tipo de previsión en la ribera; la creciente última ha dejado sin casa a 3 familias, dos viviendas quedaron colapsadas y todo ello, por una ocupación inadecuada del espacio. Aguas arriba donde sucedió el desastre, existe una población que ocupó un antiguo lecho del río Huancabamba.
En Paimas, provincia de Ayabaca, sucedió un hecho que dice mucho de las condiciones de precariedad de las instituciones educativas en la zona rural. Mucho se perora de la importancia de la educación para el país, pero el Estado es incapaz de garantizar siquiera un buen lugar de pernoctación de los docentes que se trasladan a estos lugares para formar a nuevas generaciones. Ella quedó expuesta a la activación de dos quebradas y pudo ser arrastrada por las aguas, de no ser por ese espíritu de salvarse y de sobrevivencia que tiene el ser humano.
La gestión del riesgo, debe ser entendida por la población y sobre todo por las autoridades. De los desastres se debe aprender tanto como de los errores. Esta situación obliga al gobierno nacional, regional y gobiernos locales, para ser previsores frente al riesgo y evitar con responsabilidad de los peligros futuros. La recurrencia de eventos climáticos, obliga a adoptar decisiones y sobre todo acciones. Muchas desgracias se pueden evitar.