ERP. El río Piura ha superado los 3000 m3/seg, convirtiéndose en la creciente más significativa en lo que va de la temporada; inundó las vías antiguas y tradicionales de Piura y otras nuevas inversiones que quedaron entre las aguas. Lo cierto, que el nivel de barraje del río colapsó primero por la cantidad de agua y después por el deterioro de las losas por donde fluyó el agua del río Piura.
En horas tempranas y durante varios días, el ex ministro Juan Manuel Benites Ramos se ha convertido en el defensor de la inversión del gobierno anterior. Los principales programas de televisión le dan crédito y expone sobre los millones que invirtieron y sobre todo sobre los "desastres que evitó esa decisión". Sin embargo, en Piura y Castilla, el desastre está en las narices de los piuranos y castellanos y lo mismo se puede decir de las poblaciones ribereñas del Bajo Piura.
No es la primera vez que llueve en esa densidad y tampoco la primera vez que el río Piura transporta esa cantidad de agua. En el 82 y 83, las aguas se salieron por los puntos bajos y se inundó la ciudad; el 97 y 98 con los pilotes de defensa la inundación disminuyó, pero no se pudo evitar la destrucción de cultivos y viviendas ribereñas en el Bajo Piura.
La realidad de la historia de las crecientes la conocen los piuranos, profesionales, académicos y simplemente por la experiencia vivida y no en personas que tuvieron la oportunidad de ejercer un ministerio, creen conocer sobre lo que hablan y no conocen a profundidad lo que sucedió en Piura. Decir, por ejemplo, que antes el río Piura transportaba 300 m3/seg y ahora gracias a los trabajos de prevención soporta más de 1700 m3/seg es una ignorancia supina y propia de personas que no conocen y nunca han conocido la realidad de Piura.
Consecuencia de la negligencia, ignorancia o viveza de las autoridades, sobre todo del nivel central no se hizo los trabajos de descolmatación del cauce y menos el mantenimiento de los pilotes e infraestructura de prevención. Se habla de grandes millones que a la luz del evento pluvial, son actuales y de pérdidas y no de prevención.
El río Piura, seco en la mayor parte de los meses, baja con gran densidad en periodos lluviosos. Ha transportado más de 4000 m3/seg, causando los daños que la historia registra y que llevó a la protección de Piura y Castilla mediante pilotes que aún con los problemas causados, cumplen a cabalidad con su cometido. Peor sería ambas márgenes sin esta obra de ingeniería.
Después, sin considerar este elemento, se han realizado inversiones nuevas tanto públicas y privadas, que jamás incorporaron la gestión del riesgo. Es lo que sucedió con el Puente Cáceres construido después de 1983 y que cada vez tiene que ser clausurado por la creciente del río. Este puente, debe ser replanteado, ampliar en la parte que se le ha recortado cauce y construir uno más adecuado al clima y a la realidad.
Una carretera pretendió construirse siguiendo la ruta izquierda del río para unir los pueblos del Medio Piura. Esta carretera en proceso de construcción ha sido totalmente inundada y las aguas han ingresado a toda la Universidad Nacional de Piura. Es una obra regional, que igualmente en su concepto no tuvo en cuenta este tipo de situaciones. Dinero al agua del río Piura.
Hoy más que nunca se requiere plantear el desarrollo de Piura de una manera más realista y con la información histórica que se tiene. También se debe hacer sin personas que desconocen la realidad, que no tienen la pericia profesional para entenderla, y que producto de ese desconocimiento e impericia llevan al error las acciones públicas que se realizan.
Durante muchos años y con la experiencia de "Niños" anteriores, se ha trabajado en sistemas de alerta temprana. Se observa, que no funcionan adecuadamente; sin embargo, es el camino para mantenerse vigilante respecto al comportamiento y caudal del río. En este sentido, tiene enorme interés el funcionamiento óptimo del COER-Piura y de otras instancias que coadyuven con la previsión.
Por lo demás, la peor situación de Piura se ha visto con varias lluvias y con esta creciente del río, que ha develado las carencia técnica y profesional de las autoridades presentes y anteriores y que igualmente, ha llevado a la condición de damnificados de mucha gente, por falta de una política de vivienda y por dejar de lado, la gestión del riesgo para ubicar zonas más seguras.
En este sentido, existe un asunto de poder y que está vinculado a la búsqueda de mayor concentración de competencias del nivel central. Por un lado, se encuentra el centralismo indebido y pernicioso, sobre todo para manejar recursos y por el otro, la condescendencia de las autoridades municipales y regionales que lo permiten.
En esta situación, los grandes infractores del desorden urbano, son los alcaldes y regidores que se han sucedido desde siempre en las municipalidades provinciales y distritales, quienes primero no han tenido capacidad para plantear un desarrollo ordenado y segundo, por la escasa formación que tienen estas autoridades han facilitado el uso del suelo de la manera más indebida.
Piura, de la desgracia debe erigirse como una región segura. Ahora le ha tocado a la costa, mañana podría ser la sierra; ambas requieren ser pensadas en serio y no como ahora, de la manera más superficial y como tal queda, tras una lluvia o una creciente, se evidencia las carencias y los desconocimientos jamás superados.
Esta situación pudo preveerse, pero existen problemas estructurales y otros de irresponsabilidad, cuyas culpas se desnudan ahora; sin embargo, no es cuestión de buscar culpables, sino de atender la emergencia y disminuir lo máximo que se puede las pérdidas sobre todo de vidas humanas y de propiedad individual.
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