ERP. Después de dos años de pandemia y de no poder participar de manera presencial en ninguna de sus actividades, el pueblo de Catacaos se volcó al tempo en este Domingo Santo, para participar en una de las escenificaciones de Semana Santa. Las expresiones de fe, se vivieron más fuerte que nunca y cientos de cataquenses llegaron desde tempranas horas para no perderse ningún detalle.
Con respeto, responsabilidad, que se materializaba en un corazón que, en orden, buscaba ingresar, ramos en mano, al templo San Juan Bautista, se vivió en Domingo de Ramos, en la Heroica Villa.
Y, fiel a su tradición y costumbre, la familia Paz y su cofradía de la Burrita de Ramos, llegaron con su burrita para devolverle a Catacaos, en su festividad más importante, a todos sus integrantes.
Desde temprano, ataviados de fiesta, hombres y mujeres, en filas y cumpliendo los protocolos de bio seguridad, recibían sus ramos e ingresaban al templo, hasta el límite de asistencia establecido.
Como muchos quedaron fuera, para que puedan seguir los incidentes de lo que se vivía al interior y escuchar la palabra de vida, un potente equipo de sonido, dirigido hasta la plaza de armas, permitía a los fieles vivir, también, este especial inicio de la festividad.
Igualmente, quienes por razones de salud, cupo o edad, la comisión de Semana Santa, transmite vía canal de televisión todos los santos oficios.
El R.P. José Hipólito Purizaca junto al R.P. Armando Sandoval oficiaron la Misa y recordaron que las palmas, “que lleven a casa, sean el símbolo de lo vivido en el oficio religioso”.
Pidió aclamar a Cristo Rey siempre, al momento de bendecir las palmas. Purizaca, recordó a los fieles, que la Fe se mantiene diciendo que “allí, donde ustedes están sentados, lo estuvieron sus antepasados, sus abuelos, bisabuelos, todos con mucha fe. Son más de 400 años de Fe”, expresó.
“Todos, juntos le rezamos a un Dios, que un día como hoy, ingresó, conscientemente, a Jerusalén, a cumplir su rol, de Redentor”, recordó.