06
Lun, May

La minería como una alternativa y tendencia de desarrollo en Piura

Piura
Typography
  • Smaller Small Medium Big Bigger
  • Default Helvetica Segoe Georgia Times

Por Edgar Giron P. La conocida y famosa frase: "El Perú es un mendigo sentado en un banco de oro", atribuida al sabio y naturista Antonio Raimondi, aún sigue siendo un paradigma que puede ser usado para comparar el atraso de algunas regiones del país, sobre todo, cuando cuentan recursos naturales que bien pueden ser el trampolín para activar la economía y desarrollar fuentes sostenibles de empleos.

Una de estas actividades que presenta barreras o bloqueos sociales, en la mayor parte de las comunidades de la zona andina del Perú, es la minería. Y es lamentable que la desinformación y la falta de diálogo imperen más que la necesidad de ver llegar la modernidad a estos pueblos. Particularmente, me parece contradictorio que en estas regiones donde se defiende de forma acérrima la biodiversidad y la agricultura exista desnutrición crónica en niños menos de cinco años, que si bien es cierto ha disminuido en los últimos años por la aplicación de políticas públicas por parte del Estado, esto aún es un problema que no se erradica. Ejemplos sobran: Cajamarca, Huancavelica, incluso en el mismo Piura, nuestros niños sufren hasta de anemia en sectores de la región donde el alimento no debería “faltar” por el desarrollo de la ganadería y las actividades agrícolas.

La preocupación, no va solamente por este aspecto social, sino también por el tema de la educación e infraestructura y la falta de oportunidades para estos compatriotas que, prácticamente, viven alejados en pleno siglo XXI de beneficios como la internet, la telefonía móvil, etc. Se debería dar una mirada profunda y una reflexión a lo que la naturaleza también ha puesto al alcance de nuestras manos.

En el caso de la región Piura, tras sobrevivir al fenómeno del niño costero que dejó grandes pérdidas y que aún se espera que el gobierno envíe los pocos recursos que anunció para la rehabilitación y reconstrucción, no sonaría descabellado que la actividad privada, principalmente la minería debería ser tomada en cuenta como una alternativa de solución a la falta de desarrollo económico. Nadie espera que será una varita mágica que solucione todos los problemas, pero es propio pensar que sería un despegue, una oportunidad aun no ensayada y que con el manejo adecuado y cuidando los parámetros medioambientales convertiría a Piura en una región sostenible. Para muchos podría ser fantasioso debido a que la explotación de minerales no tiene el auge que sí cuenta la actividad agrícola, pero los grandes cambios siempre devienen de propuestas innovadoras, de pensamientos que perennicen el progreso.

Claro está que falta camino por recorrer y que el peregrinaje es dificultoso. Sembrar confianza y dialogar con las comunidades de la sierra piurana no es un asunto que va se tome de la noche a la mañana, pero es preciso colocarlo de una vez por todas en la agenda política.

Aunque siempre hay voces discordantes, las cifras pueden alentar la visión de futuro. Roque Benavidades Ganoza, señala en su libro La Minería Responsable y sus aportes al desarrollo del Peru, “no cabe duda que la pobreza se encuentra fuera de las grandes ciudades, en especial en el área rural, y focalizada en la selva y en la zona altoandina, que es donde la actividad minera se desarrolla. Sin embargo, el sector minero tiene un impacto muy importante en las cifras macroeconómicas del país, así como en los encadenamientos con otras industrias como los servicios, la construcción, la metalmecánica, entre otras. Ese impacto se refleja con claridad en la contribución de la minería en el PBI regional, las exportaciones y la generación de divisas, así como en los ingresos tributarios, que son sumamente necesarios para el desarrollo del Perú. Como reza el dicho, “del cuero salen las correas”, es importante que el sector minero peruano siga creciendo con responsabilidad ambiental y social, y sobre todo de la mano de las poblaciones aledañas a los proyectos y operaciones”.

Para Benavidades el impacto de la minería y su crecimiento iba de la mano con las cifras macroeconómicas, sin embargo, también se veía reflejado en el PBI regional y en el escalonado crecimiento del empleo formal y orientado a la justicia social en la que también están involucradas las comunidades aledañas a los proyectos mineros.

Finalmente, sentados o no en un banco de oro, como peruanos nuestro deber es trabajar con miras hacia un futuro, no olvidando nuestro rol como ciudadanos, y, de manera principal, impulsando las alternativas tanto sociales como económicas que puedan ayudar a mejorar la economía de los más necesitados.

 

Publicidad Aral1

Paypal1