ERP. Mireya Tello Fasabi (46) es una comerciante ambulante que hasta la segunda semana de febrero del 2022 trabajaba con su pareja como comerciante ambulante en algunos mercados de Pucallpa para poder mantener a sus tres hijos. Sin embargo, su vida cambio abruptamente cuando inesperadamente sintió un dolor en el ovario y le vino una fuerte hemorragia. Tras practicarle exámenes especiales porque había “algo sospechoso”, recibió la peor noticia de su vida: tenía un tumor en el cuello uterino.
En el Hospital Regional de Pucallpa donde fue atendida, le dijeron que tenía que viajar de inmediato a Lima y la refirieron al INEN. Ella estaba sumamente asustada, era una persona sana y de un momento a otro se encontró con una dura realidad. “El cáncer es una enfermedad que no se siente, que no te avisa. En mi caso no sentí nada, solo una simple molestia, una inflación pasajera como cualquiera”, fue lo primero que nos dijo al recordar esos días aciagos de febrero de 2022.
Contó que el 9 de abril llegó al INEN y allí le volvieron a realizar exámenes y confirmaron que tenía cáncer de cuello uterino. “Hasta ese momento tenía la esperanza de que me digan que no era maligno y que se habían equivocado en Pucallpa. Pensaba que con una operación se acababa todo, pero no fue así. Tenía que someterme a un tratamiento largo. Me vino como un balde de agua, me puse a temblar. Pensaba en mis hijos”, relató.
Ella vino sola a Lima y una amiga de la infancia le dio la mano y la hospedó en su casa de San Juan de Lurigancho. Estaba muy deprimida.
Tratamiento
El 26 de julio empezó su tratamiento. En total fueron 25 radioterapias, cinco quimioterapias y dos braquiterapias. Recuerda que el 23 de agosto cumplió 46 años y lo hizo justo en su última quimioterapia. Pero el tratamiento continuó. Recién el 6 de octubre acabó la serie de braquiterapias y le indicaron que regrese el 11 de enero para saber los resultados.
Ese día estuvo temprano en el INEN con gran nerviosismo. Recuerda que el médico la vio y le dijo ““Señora, su tumorcito ya está reduciendo”. Esas seis palabras fue para ella “un regalo de Dios”. El 11 de abril volvió por su segundo control y el médico le indicó que estaba más pequeño. Cada tres meses tiene que seguir yendo al INEN para su control.
“Estoy mejorando cada vez más. Me siento vencedora. Siento que voy a vivir más, que voy a cumplir mis sueños de ver a mis hijos adultos, profesionales, de cumplir mi sueño de ser abuelita. Siento que voy a vivir hasta viejita”, expresó emocionada.
SIS cubrió todo
Mireya Tello se mostró muy agradecida con el SIS. “Estoy muy contenta. Las tomografías, lo que pasé por las máquinas, radiografías, todo lo que me pedían fue cubierto por el SIS, a través de Fissal. Si no hubiera tenido el seguro no hubiera podido curarme, no tenía recursos, económicamente somos personas bastante humildes. Gracias a Dios, al SIS y a los doctores es que estoy con vida”, señaló tras recomendar a la población sin seguro que se asegure, “con el SIS te puede sanar de cualquier enfermedad”.
Importancia de prevención
Con ocasión del “Día de la Cancerología Peruana”, el SIS hizo un llamado a la población femenina para que se realice periódicamente tamizajes oncológicos para una detección temprana que posibilite la curación de esta enfermedad.
Recordó, asimismo, que el SIS cubre integral y gratuitamente más de 500 diagnósticos de cáncer, así como las atenciones de prevención, diagnóstico y tratamiento, incluyendo radioterapia, quimioterapias, braquiterapias y procedimientos quirúrgicos.
El año pasado el SIS financió más de 973 mil atenciones por cáncer, registrados en diversos hospitales e institutos especializados a nivel nacional.
El Seguro Integral de Salud recomienda a todas las personas que verifiquen si ya están afiliados al SIS. Para ello pueden ingresar al aplicativo móvil “Asegúrate e infórmate” o la página web: www.gob.pe/sis, o al número de WhatsApp 941 986 682, al correo electrónico