ERP. Desde meses antes de su lanzamiento el pasado 2020, la PlayStation 5 y la Xbox Series X causaron una gran expectación y acumularon millones de compras anticipadas por todo el mundo, pero pronto llegó el mes de noviembre y resultó muy evidente que el flujo de consolas no estaba respondiendo a la demanda, de manera que en ocasiones había que esperar varios meses más para recibir una PS5 comprada cinco meses antes. ¿Qué estaba pasando?
Las dificultades por la pandemia
El pensamiento más lógico para responder a esta cuestión pasaba por culpar a la pandemia. Al fin y al cabo, entre marzo y julio de 2020 el mundo estuvo en buena medida encerrado en su casa, y las fábricas encargadas de producir las consolas o sus componentes no pudieron producir al ritmo esperado. Sin embargo, ya estamos bien adentrados en 2021 y los problemas de escasez siguen persistiendo, no solo en las consolas de nueva generación sino también en tarjetas gráficas como las RTX 3070 y 3080, que son prácticamente ilocalizables en internet.
Las tarjetas gráficas son esenciales para darles más potencia a las computadoras a la hora procesar juegos con gráficos muy sofisticados, pero hay muchos juegos que pueden funcionar sin ellas. Si todavía estás esperando por tu nueva consola o tu tarjeta gráfica, puedes jugar a juegos como PayDay 2 o SimCasino, o encontrar los mejores casinos online aquí para disfrutar de las apuestas online mientras llegan tus nuevos dispositivos.
El auge del gaming a nivel global
Una de las principales causas de esta escasez deriva también de la pandemia, pero no pasa por una reducción de la oferta sino con un aumento de la demanda. Al tener que estar más horas en casa debido a las medidas de confinamiento, muchos usuarios decidieron que era un buen momento para mejorar sus dispositivos de gaming, bien fuera adquiriendo una consola de nueva generación o construyendo un PC para el gaming con unas especificaciones robustas.
Consolas, PC, e-gaming y apuestas deportivas
El auge del ocio relacionado con el gaming y el e-gaming no solo aumentó de forma inesperada la demanda de consolas y tarjetas gráficas, sino que también multiplicó la compra de videojuegos en plataformas como Steam o Epic Games e hizo mucho más extensivo el uso de plataformas de apuestas deportivas y casinos online, especialmente entre quienes tenían que esperar a que llegase su nuevo hardware para poder disfrutar de videojuegos triple A como el Cyberpunk o el RDD2.
El problema de la demanda
Un aumento inesperado en la demanda de videojuegos de Steam no supone un gran contratiempo para la compañía: simplemente distribuyen software, así que, en el peor de los casos solo tendrá que contratar algo más de almacenamiento en servidores comerciales. Sin embargo, para los productores de hardware puede suponer un gran contratiempo, porque normalmente tienen que planificar su demanda con meses o incluso un año de antelación. Esto significa que Microsoft y, sobre todo, Sony, han tenido que acelerar su producción de hardware sobre la marcha, y lo mismo sus proveedores de componentes, lo que no es sencillo... ni económico.
La gran escasez de superconductores
Recapitulando, en 2020 coincidieron varios factores que crearon la tormenta perfecta. Por una parte, la pandemia limitó la producción de las fábricas de componentes y chips a comienzos del año. Esto se sumó a un aumento de la demanda de todos los dispositivos de gaming motivado por los días de confinamiento, a lo que se suma el lanzamiento de las dos principales consolas de gaming, ambas con chips de AMD. De ahí que, todavía hoy, tanto las consolas como las tarjetas gráficas y las computadoras con chipsets Ryzen sean difíciles de encontrar, lo que a su vez ha hecho que surja un mercado de reventa.
¿Por qué Apple e Intel no tienen problemas de suministro?
Porque tanto Apple como Intel tienen mucha menos demanda. Los iPhones subieron tanto de precio e innovaron tan poco en los últimos años que cada vez se venden menos, de forma que no hubo ningún aumento de su demanda durante 2020 –si acaso, todo lo contrario–, mientras que, desde la aparición de la arquitectura Ryzen de AMD, los chips de Intel han pasado a ser la peor opción para cualquier persona que quiera adquirir un PC personal, profesional o, sobre todo, de gaming:los Ryzen son más rápidos, más económicos y consumen menos, así que ¿quién quiere gastar su dinero en Intel hoy en día? Apple e Intel no tienen problemas de suministro porque, sencillamente, cada vez tienen menos demanda.
Un último factor: Zoom, Netflix y Microsoft Teams
Hay un último factor que no mencionamos todavía pero que también tuvo un enorme impacto en la escasez de chips: el streaming. De nuevo a causa de la pandemia –o, más específicamente, de sus medidas de confinamiento–, el teletrabajo y el estudio a distancia pasaron de ser una rareza a ser la norma. Esto hizo que las videollamadas y las videoconferencias proliferaran, y servicios como Zoom o Microsoft Teams tuvieron que ampliar considerablemente y casi de un día para otro su extensa red de servidores. A esto se suma el aumento de los servicios de streaming de series y películas durante el confinamiento, así que servicios como Netflix, HBO, Prime Video o Hulu tuvieron que hacer otro tanto. Y, de nuevo, el chipset preferido para los servidores es el más rápido y el que menos consume: Ryzen, producido por AMD, que a su vez fabrica los chips de la PS5 y la Xbox Series X.
En definitiva
La pandemia y la coincidencia del lanzamiento de dos consolas de nueva generación dispararon la demanda de hardware gaming y de chipsets Ryzen, mientras que las limitaciones en la producción impidieron responder rápidamente a esta demanda. Si a esto sumamos el aumento del consumo de plataformas de streaming, nos encontramos con que todavía tendremos que esperar algunos meses más para que la oferta de dispositivos gaming pueda responder a la demanda de forma adecuada. Mientras tanto, solo nos queda esperar.