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Mié, Abr

Piura: La tierra de Grau necesita mucho más que entusiasmo para salir de la crisis

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ERP. Las ciudades de Piura, Castilla y Catacaos, sus caseríos y centros poblados se encuentran destruidos y lo prevalente son casas destruidas por la inundación del río Piura, basura acumulada por la mayor parte de los espacios urbanos y urbano marginales, aguas servidas mezclándose con la tierra de las calles, pistas con enormes huecos y malogradas, desesperación y angustia por doquier y una ausencia o debilidad de autoridades que lleva a la desesperación.

Estos temas en gran medida son responsabilidad municipal, y estas instancias reciben recursos año a año para atender sus prioridades; sin embargo, gran parte de estos recursos se destinan a cubrir gasto corriente, debido a políticas equivocadas que los llevó a tener mucho más personal del que requieren; igualmente, porque parte de las obras adjudicadas tienen un costo superior producto de los arreglos y además, por una escasa cultura del pago por parte de la misma población.

Un colectivo liderado por la Defensoría del Pueblo convocó a todos los piuranos, para unirse en una gran jornada de limpieza, en realidad el objetivo es bueno, por el gran riesgo sanitario que se cierne en esta tierra afectada por las lluvias, por la inundación, por las aguas servidas y por el abandono. Las organizaciones participantes y las instituciones realizarían una gran labor a favor de miles de piuranos que requieren una pronta intervención en la gestión de los residuos sólidos.

Sin embargo, el desastre también tiene una causa de liderazgo e irresponsabilidad. Muchos alcaldes y regidores no hicieron en su momento las acciones que ahora reclaman; primero por falta de capacidad, segundo por su limitada información que les impide ser más prospectivos, tercero por su adulonería con el centralismo, cuarto por tener concejos municipales con regidores que buscan solamente su beneficio personal y cuarto, porque jamás trabajaron una organización social que coadyuve en la resolución de los problemas de su territorio.

Se puede retirar toda la basura que se ha generado en la ciudad; sin embargo, si no existe una plena recuperación y producción de servicios municipales, la ciudad se ensuciará una vez más. Será abandonada a su suerte y otra vez los problemas se harán notorios. Llama la atención, que pese al tiempo transcurrido la ciudad misma está que regresa a la normalidad y hayan muchas rémoras en el trabajo municipal.

Sin embargo, más allá del desastre es necesario encontrar un liderazgo real que dirija a los piuranos hacia una solución más sostenible. En su momento, ese rol lo cumplió monseñor Oscar Cantuarias Pastor, quien salió a las calles acompañado de la población, se enfrentó al Ejecutivo, obtuvo recursos para la reconstrucción y sobre todo el Canon Petrolero, que fue un retorno justo de la renta de un recurso que por años recibió el erario nacional.

Ese nuevo liderazgo que aún no se vislumbra, debe saber determinar el modelo de Piura y de los principales centros poblados de la provincia, cuál es la solución para disminuir la masa de agua que ingresa a la ciudad, coordinar con el gobierno regional para soluciones conjuntas, saber enrostrar al Ejecutivo su afán de concentración de poder y de recursos, definir con claridad respecto al quehacer en las ciudades para disminuir los impactos negativos que producen las lluvias, sistemas de drenaje funcionales, nuevas ocupaciones poblacionales más seguras; entre otros.

Obviamente este nuevo liderazgo, debe entender que la conjunción de sociedad civil, academia, colegios profesionales y representantes de los empresarios, la da más fortaleza a toda acción, y saber distinguir que la egolatría es buena para envanecerse, pero no para cambiar las condiciones de un pueblo o de un territorio. No se trata de enervarse para ganar prebendas políticas, sino entender con responsabilidad social y de estadista los retos del futuro.

Muchos expresan que este nuevo liderazgo debe ser asumido por algún representante de la institucionalidad(Gobernador, alcaldes provinciales), otros creen que debe ser un representante informado de la organización social(Arzobispo, academia o representante de colegios profesionales). Lo uno o lo otro, Piura Región hoy más que nunca clama por liderazgos más informados, menos personalistas y dedicados por entero, no a la reconstrucción que es lo que se expresa y se dice con mayor recurrencia, sino a la construcción de una Piura más segura frente a inundaciones causadas por el río o por las lluvias.

Para el regidor de Piura Christian Requena Palacios "Como piuranos debemos tener pleno conocimiento de cuales son los verdaderos problemas de la población. Atender cada una de sus necesidades y que nuestra ayuda llegué hasta los lugares más incógnitos de la provincia. Una de nuestras principales acciones debe ser trabajar de la mano con cada autoridad y sobre todo en conjunto con la sociedad civil. La reconstrucción de Piura es un trabajo arduo que solo se podrá lograr en unión y sobre todo con las ganas de querer una Piura renovada y segura para todos".

 

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