ERP. Cumplir 102 años de vida y con la memoria intacta, es casi un milagro que doña Adriana Severa Requena Mauricio viuda de Chapilliquén lo evidencia con gran locuacidad al conversar con un grupo de profesionales de EsSalud- Sullana quienes tuvieron la feliz idea de visitarla el 26 de agosto, fecha de su onomástico. Tuvo expresiones de alegría y hasta se animó a cantar y contar anécdotas.
Doña Adriana vive en la calle Santa Elena N° 757 del asentamiento humano Sánchez Cerro de la ciudad de Sullana, protegida por un almendro en los exteriores de su vivienda, además una puerta de calamina con la inscripción de su dirección, permiten su fácil ubicación para ser visitada por los medicos que llegan a su hogar y por conocidos del lugar-
Nos refiere que nació en el centro poblado de Jíbito, del distrito de Miguel Checa en el año 1921, ella forma parte de una familia de 15 hermanos, cuenta en su historia de niña quedó huérfana de padre y madre y se crio bajo el cuidado y protección de sus hermanos mayores. Estos momentos los recuerda con mucha claridad y con agradecimiento para ellos.
Nuestra mujer paradigmática de la provincia de Sullana, se casó con Sigdonio Chapilliquén Atoche, que al evocarlo se emocionó tanto, porque partió a la eternidad hace algunos lustros atrás. Su memoria se encuentra impregnada no solo de los momentos felices con su esposo, sino igualmente de sus actividades laborales que realizó en su adolescencia.
En efecto, en su lugar de residencia se dedicó a realizar actividades en la chacra, apañando el algodón que era un producto que se sembraba en el lugar, considera que trabajó por respeto y pedido de sus hermanos, a quienes les agradece haberla llevado por la senda del trabajo y además, por el camino del bien.
Doña Adriana nos comenta que estuvo sirviendo en la iglesia católica durante 15 años en la pastoral de Salud y una de sus preocupaciones era visitar a las personas enfermas. Hoy dice rezar diariamente por todos los enfermos y agonizantes. Desde que se levanta hace la oración del ángelus, de la Divina Misericordia, a las 5 de la tarde ora por las ánimas del purgatorio, por los enfermos, por los sacerdotes. Su vida es de oración permanente y de servicio al prójimo.
En el día de su cumpleaños; el área de Servicio Social del Hospital EsSalud de Sullana, del cual es paciente, le organizó un desayuno, el mismo que fue compartido con los profesionales del programa PADOMI, contando además con la presencia de sus sobrinas nietas. Quienes en un ambiente de algarabía festejaron los 102 años de doña Adrianita. Ella se encuentra con salud controlada y es una persona muy locuaz, evidencia una lucidez extraordinaria y con deseos que la visiten para trasmitir toda su experiencia y anécdotas de su trajinar por la vida.
Ella tiene 102 años de edad, pero los vive con alta religiosidad y preocupándose por el prójimo, no desatiende sus compromisos con la iglesia. Pese a vivir sola, le permite atenderse y cuidar de su pequeña vivienda. Nos reitera que todo aquello lo realiza gracias a sus oraciones constantes a Dios y María, “madre celestial que le prodigan diaria compañía”.
Después de compartir gratos momentos, el equipo visitante se retira de su vivienda, con la admiración de observar a una persona que tiene una memoria muy lúcida, que es locuaz, y que mantiene intacta su fe. La emoción la embarga y muestra su fe que pronto, otras personas de buen corazón, la visiten y se acerquen a ella, donde encontrarán un corazón dispuesto a prodigar afecto y transmitir sus experiencias.