ERP. (Textos y fotos: Faviany Chávez Calmet). Desde 2013, el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (SERNANP), viene trabajando con 500 representantes de 70 instituciones del Estado, autoridades regionales y locales, empresas privadas, ONG y población local de Piura y Tumbes para lograr la creación de la Reserva Nacional Mar Tropical de Grau.
Según esta institución y la ONG aliada, Naturaleza y Cultura Internacional (NCI), en el estudio realizado denominado “Análisis costo beneficio del establecimiento de un Área Natural Protegida en el Mar Pacífico Tropical Peruano”, la declaración de la Reserva Nacional Mar Tropical de Grau contribuiría a proteger, conservar y resguardar los bienes, productos y servicios que nos ofrece nuestro mar. Las áreas naturales protegidas en el ámbito marino son de vital importancia para tener ecosistemas saludables y productivos que proveen de recursos para el bienestar humano.
Varios análisis demuestran que las áreas marinas protegidas pueden contribuir a la reducción de la pobreza, la seguridad alimentaria, creación de empleo y protección de las comunidades costeras. Su creación permitirá asegurar el 70% de la biodiversidad marina del Perú y alrededor de un tercio de la pesquería artesanal del Perú.
Mercedes Tume, pescador de Cabo Blanco, aprendió el arte desde los 13 años, porque su padre y abuelo se lo transmitieron; desde aquel tiempo mucho ha cambiado y ahora lucha por la conservación del mar para que sus hijos y nietos no tenga que buscar el sustento de su familia lejos de casa. Considera que uno de mayores problemas que afecta esta zona es la extracción de petróleo: “Las plataformas de petróleo han perjudicado la labor del pescador y el hábitat de las especies marinas. En la zona existen 26 pozos petroleros, estos emanan muchos gases y burbujas de petróleo”, puntualiza Tume.
Justo Bancayán, personaje reconocido y ex sargento de playa de La Islilla, durante estos seis años viene trabajando en todas las actividades que están relacionadas con la declaración de la reserva porque comprende cuán importante es cuidar los recursos hidrobiológicos que albergan las 5 millas de La Islilla, Cabo Blanco, El Ñuro, Arrecifes de Punta Sal y Banco de Máncora: “La importancia queda primero en que se puedan recuperar las especies, hacer un tipo de criadero y respetar las vedas, porque las especies marinas necesitan cuidado, todo radica en una pesca responsable y sostenible donde no exista el boliche y arrastre”, afirma Bancayan.
Yuri Hoocker, biólogo de la Universidad Cayetano Heredia, comenta que la mayor crisis ambiental que afecta esta zona es la pesca ilegal porque arrasa literalmente con todo lo que encuentra en el fondo del mar; en una escala menor está el uso indiscriminado de redes en zonas de alta biodiversidad y el peligro latente que significan las plataformas viejas:
“En el inmenso mar peruano, las tres áreas marinas que están en la costa, significan una pequeña parte, pero si en estas tres áreas se hace un control de tallas mínimas, de especies que están amenazadas y que se refugian aquí para reproducirse y no se permite el ingreso de pesca ilegal en la 5 millas, estamos garantizando reproductores de interés para la pesca artesanal, mientras las especies no tengan un lugar donde refugiarse, simplemente las poblaciones van a seguir disminuyendo, eso está probado en todas las partes del mundo. Las áreas naturales protegidas son los mejores aliados de la pesquería artesanal”, determina Hocker.
Finalmente, añadir que la zona norte del país alberga uno de los ecosistemas marinos más ricos e importantes del Perú y la Reserva Nacional Mar Tropical de Grau, de gran diversidad hidrobiológica e importancia desde el punto de vista científico- técnico. La declaración de la reserva contribuiría al objetivo 14 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU que fija como objetivo para 2020 conservar por lo menos el 10% de las zonas costeras y marinas, según las leyes nacionales y el derecho internacional que la respaldan.