ERP. La ex procuradora y actual congresista Yeni Vilcatoma de la Cruz, se hizo conocida tras denunciar de manera pública y valiente las intenciones del ministro de Justicia de aquel entonces y del asesor presidencial de Ollanta Humala, de querer facilitar prebendas legales a favor de Martín Belaunde Lossio, actuación que la llevó a ser defenestrada del cargo público; pero que sin embargo la mostró como una profesional íntegra y valiente.
Tras su salida de la Procuraduría, sacada indebidamente y más por presiones políticas, sorprendió su ingreso a la política uniéndose al grupo de Keiko Fujimori. Como candidata se convirtió en vocera de Fuerza Popular y tomó la bandera de la lucha contra la corrupción, situación que era asumida con algunas dudas por parte de gran parte de los peruanos.
Llegó la hora de la elección y Yeni Vilcatoma obtuvo una de las más altas votaciones congresales después de Kenyi Fujimori y Cecilia Chacón, ambos representantes genuinos del grupo de Keiko Fujimori. Los votos de Vilcatoma no fueron del fujimorismo, sino de sus propias calidades personales, de su exposición mediática y de su demostración en el pequeño tiempo, que tenía cualidades expositivas en los temas que se presentaban y defendían.
Siguiendo su conducta anterior, la actual congresista decidió poner fin a sus días como miembro de la bancada fujimorista y se convierte de esta manera en la primera parlamentaria en dejar la organización que la llevó a la elección. Las razones, habrían sido los enfrentamientos con otros colegas como Héctor Becerril y Úrsula Letona y además, la decisión partidaria de someterla a un proceso disciplinario por su conducta.
Quienes conocen a Héctor Becerril, lo muestran como un parlamentario intolerante, prepotente y arbitrario, y es considerado como un personaje fuerte e influyente en Fuerza Popular. Justamente, Yeni Vilcatoma presentó una denuncia en su contra ante la Comisión de Ética.
Según Vilcatoma el parlamentario le pidió con las formas que se le conocen a Becerril, que no programa sesiones continuas en la Comisión de Fiscalización que aún dirige. Esta situación llevó a dudas y suposiciones del porqué Becerril, no quería que se sesione en la mañana y en la tarde en la Comisión que preside Vilcatoma y pidió que la comisión de Ética investigue los pormenores.
Frente a ello, la respuesta partidaria fue llevarla a un proceso disciplinario, situación que sorprendió. Vilcatoma ha expresado que su decisión ha sido comunicada a Keiko Fujimori, de quien dice, se siente agradecida y al mismo tiempo ha ratificado su voluntad de luchar en contra de la corrupción, una de las banderas que enarboló para ingresar a la política.
Luego indicó a los medios que como mujer de leyes, no puede someterse a un procedimiento disciplinario como se le pretendía hacerlo. En el marco de ello, la parlamentaria aseveró que el proceso que se le abrió en Fuerza Popular es anticonstitucional y no garantiza su debida defensa, considerando que existe alto subjetivismo por parte de quienes integran el grupo parlamentario que busca juzgarla.
Su retirada de Fuerza Popular quita un voto a los fujimoristas, aunque aún sigue siendo el grupo partidario mayoritario y puede decidir lo que estime. Sin embargo, deja una vez más planteado el tema de las organizaciones políticas y sus militantes y las normas y derechos que los vinculan. Para tener un rol evidente en el Congreso deberá unirse a otro grupo parlamentario que le permita expresarse.
Aunque la renunciante de Fuerza Popular ha indicado que su lucha contra la corrupción continúa y que la ley de la procuraduría está encaminada; lo cierto que no existen ideas claras del devenir del fujimorismo en el Parlamento y puede ser el hilo que lleve a otros parlamentarios de esta agrupación a alejarse de la agrupación.
Muchos han calificado la decisión de Yeni Vilcatoma como trivial y anecdótica; más todo hace indicar que deja una herida abierta en la consistencia de los fujimoristas, grupo político que en todo momento se ha vanagloriado de no tener entre sus filas a parlamentarios que dejan su militancia y su vinculación partidaria.
Por tanto, a manera de conclusión se puede decir que dejó la Procuraduría con un veredicto positivo de la ciudadanía, que se mostró luego contrariada con su ingreso a Fuerza Popular y que ahora de alguna manera devuelve la confianza retirándose de una agrupación que para muchos tiene poca voluntad por construir una institucionalidad democrática y sobre todo alejada de la lucha contra la corrupción.