ERP. Don José Antonio Burgos Ramos, fue alcalde de Sullana desde el año 1993 hasta 1997. Este 5 de septiembre cumplió 90 años de edad, y pese al tiempo transcurrido siguen frescos en su memoria, no solo su historia de vida, sino cada uno de los actos que le permitieron granjearse la simpatía de sus coterráneos y ser elegido por dos veces consecutivas como su primera autoridad edil.
Nacido en Sullana, en el año 1925, se dedicó toda su vida a trabajar en la venta de combustible. Como todo visionario hizo de su capacidad de observación, sus nuevas oportunidades. Dejó la vía a La Tina donde desarrolló su actividad inicial, para asentarse en la aún naciente avenida Buenos Aires.
Fue considerado un gran filántropo y sobre todo un buen amigo por muchos residentes en el sector este de Sullana. Fue granjeándose poco a poco la simpatía y el respeto de hombre de bien. Su vida dio un vuelco hacia la política en 1993, cuando le ofrecieron liderar un movimiento local que luego le permitiría postular a la alcaldía, entre 24 aspirantes. Aunque se pretendió negar su triunfo, el Jurado Nacional de Elecciones le dio la razón.
Tres años después, se presentó a la reelección y obtuvo un triunfo apoteósico. Cerca del 50% de los sullaneros votaron por él, en tanto que el segundo lugar quedó a menos del 20%. Lo que pudo ser un éxito político, se opacó primero con la interpretación indebida del Jurado Nacional de Elecciones al asignar un regidor menos, después por la oposición encarnizada en su contra y posteriormente por una vacancia inesperada.
El tema que motivó la oposición política se agudizó cuando don José Burgos Ramos, incorporó en su agenda la construcción del Puente Junín, que debería haber unido la avenida José de Lama con la avenida Buenos Aires. La obra no solo era un puente importante, buscaba crear condiciones de transitabilidad frente a futuros riesgos naturales y además, unir a Sullana y Bellavista de manera permanente y adecuada.
El último sábado varios familiares, amigos y colaboradores, decidieron reencontrarse con él y además de las felicidades propias de un cumpleaños, rendirle un homenaje desprovisto de toda formalidad, por las cosas buenas que hizo y que para muchos lo convirtió en un alcalde que dejó huella por sus obras y por sus cualidades personales que lo distinguieron en su calidad de autoridad.
El Ing. Willy Elias Espinoza, ex funcionario municipal tuvo la feliz iniciativa de entregar una placa recordatoria y destacar las acciones que marcaron el éxito político de don José Burgos Ramos.
A él se debe haber dado respuestas a problemas tangibles en Sullana, como liberar del comercio ambulatorio ubicado en toda la avenida José de Lama, construcción de la avenida Marcelino Champagnat, obras de embellecimiento como el ovalo Capullana, mirador del Turicarami, Plaza Bolognesi, entre otras.
Burgos Ramos igualmente tiene el mérito de haber planificado la ciudad con la aprobación y ejecución parcial del Plan Director de la ciudad de Sullana, cuya vigencia terminó en gestiones posteriores y tampoco ha llevado a la formulación de un nuevo Plan de Desarrollo Urbano tras su vencimiento.
Los avances en sus seis años de gestión, permitieron que se resuelvan problemas existentes y se cree un equipamiento provincial necesario como consecuencia de la dinámica provincial. Es probable que muchos asuntos quedaron pendientes y que el tiempo fue insuficiente para atender todas las prioridades; sin embargo, señaló un camino a seguir y un estilo de hacer las cosas que no se ha replicado en nuevas administraciones.
En él se dijo, que el crecimiento urbano iría hacia Paita y se viene cumpliendo, y también en otros documentos se dijo que el futuro de esta provincia era la agro-exportación y parte de las fértiles tierras y otras que dejaron la condición de eriazas, permiten que den los productos que se exportan hacia el exterior. Quienes hicieron en aquel momento planeamiento estratégico, se dieron cuenta que agua y tierras fértiles son propicias para un desarrollo sostenible.
Justamente, la provincia de Sullana mantiene su dinamismo gracias a la asociatividad y a la producción de banano orgánico, las parceles de limón crean riquezas entre los agricultores y una diversidad de otros productos permiten incrementar el empleo decente; además, las mismas particularidades del desarrollo económico se ha extendido hacia los servicios y sobre todo el comercio.
En todo este enfoque de desarrollo estuvo don José Burgos, una persona que tuvo la experiencia y el conocimiento práctico para encontrar rutas adecuadas y técnicas en planificación, en ejecución y sobre todo en una administración correcta de los recursos públicos.
En momentos convulsos y de muchos cuestionamientos morales de funcionarios públicos, don José supo mantenerse alejado de las tentaciones de la corrupción y quizá el secreto de lo realizado, se encuentra en esa transparencia y esa honestidad que jamás fue cuestionada, aún con todas las denuncias realizadas en su contra. Se le quiso manchar, pero ninguna acusación, ningún señalamiento indebido logró cambiar la buena imagen que desplegó en su vida diaria y como alcalde.
Han pasado 90 años desde su nacimiento y 19 desde que dejó la alcaldía, pero en cada proceso y en cada disyuntiva de los electores sullaneros su nombre se desliza por lo que hizo y el deseo siempre latente que alguien, entre los candidatos, pueda inspirarse en su legado y abrir ruta para reencaminar a una provincia que tiene demasiada inseguridad y mucha improvisación en sus actuales autoridades.
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