ERP. Es gracioso ver y escuchar sobre el financiamiento de los partidos políticos, movimientos regionales e incluso organizaciones políticas locales. Luego de las denuncias periodísticas presentadas contra el Partido Nacionalista, de inmediato la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) indicó que investigará si existieron irregularidades en los aportes que recibió el Partido Nacionalista Peruano para la campaña presidencial de Ollanta Humala en el 2011.
Analizado el caso en la realidad peruana, el Partido Nacionalista que reportó haber gastado 11 millones en sus arcas para su campaña electoral no es el único. No existe excepción en la gestión y la forma como se subestiman los aportes recibidos, se farsea los verdaderos aportantes y se colocan montos con el solo justificante de rendir cuentas formales que solicita la Oficina Nacional de Procesos Electorales.
La Ley de Partidos Políticos, establece una normativa regulatoria para los aportes a los partidos políticos. La efectividad en el control y también en la sanción es lo que no existe; para cada partido es bastante fácil simular en su rendición de fondos aportantes y montos, con la certeza que no pasará nada ni con el partido y menos con los aportantes, quienes muchas veces no son pudientes como para poder justificar lo que dicen que dieron.
Más allá del barullo político contra el Partido Nacionalista; el caso no es único y se extiende por todos aquellos que han participado en procesos electorales. Perú Posible fue multado en su momento y Alianza para el Progreso igual; sin embargo, no existen evidencias de haber cumplido con el pago, por las infracciones cometidas. Si se tiene que investigar los aportes, este debe extenderse a todas las organizaciones incluido el APRA o Fuerza Popular.
Según evidencias, cuando una organización es favorita para ganar unas elecciones, primero son los personajes interesados en ser candidatos, los que deben pagar un determinado monto para ser considerados. Estos aportes, son exigidos en dólares y con el justificante que deben financiar la campaña central.
Después son los denominados empresarios los que se alinean para dar financiamiento. Generalmente, buscan generar compromiso presentes para realizar negocios con el Estado en el futuro. Las experiencias son múltiples y no es exclusivo del Partido Nacionalista; sin lugar a equívocos no existe partido u organización política que sea totalmente transparente al momento de reportar o informar sobre los reales aportes y aportantes.
Frente a lo descrito, se requiere que el Estado cree las condiciones para una transparencia real en el financiamiento de los partidos políticos. No se trata de Ley, bastaría con la ley de partidos políticos para tener un mayor control y fiscalización.
Lamentablemente, en el Perú no existe voluntad y decisión de ser exigentes en el control y fiscalización. Frente a esta debilidad institucional, siempre existirán aportantes oscuros y desconocidos.
Fotografía: Referencial de elecciones regionales 2014