ERP. Pequeñas lluvias presentadas en la región Piura, como consecuencia del trasvase de nubes que provienen de la cuenca del Amazonas, han causado preocupación en la población, considerando los daños que ocasionan en este tipo de eventos en la propiedad pública y privada y sobre todo en los medios de vida. Con lamentable desilusión se debe decir que en materia de prevención no se ha avanzado mucho.
Tras el desastre del 2017, se creó la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios, la misma que ha servido para ensayar soluciones, pero transcurrido el tiempo, los avances se han centrado en ciertos daños ocasionados, pero respecto al proteger a los centros poblados, aún restan las obras mínimas. Esto es aplicable para todas las ciudades de la costa como Piura, Sullana, Talara, Paita, Chulucanas y otras de regular densidad.
La pretendida salida al mar del río Piura, se encuentra en proceso y para culminarla se adoptarán decisiones al haberse fracasado con la contratista; respecto a los drenajes para evacuar las aguas pluviales, aún se mantiene en socialización. Lluvias torrenciales desnudarán lo que no se ha hecho en los últimos años y demostrará de la incapacidad institucional para entender este tipo de problemas.
Es gracioso leer que el gobierno ha comprado un “trasvasador’ que se cree evacuará con mucha más rapidez la formación de lagunas urbanas. Sin embargo, existen tantas lagunas que la solución es más un “chiste” que una solución. Hemos visto las inundaciones en Ignacio Merino, El Chilcal, La Margarita, Ollanta Humala, por el lado derecho del río y por el lado izquierdo la situación no es nada diferente, solo mencionando a Piura, Castilla y Veintiséis de Octubre.
Actualmente se viene trabajando en ciertos lugares críticos, pero no en todos. Las ciudades tienen comportamientos tras precipitaciones que nadie observa y sistematiza. Por ejemplo, en la ciudad de Sullana, todas las aguas urbanas se van al Canal Vía. Este ducto urbano se ha saturado y en caso de lluvias frecuentes colapsa desbordándose en todo su trayecto. Pero existe otros sectores donde se forman lagunas que nadie ha contemplado. Sin duda se debe a la mediocridad de las autoridades municipales.
La situación no es diferente en otros centros poblados, grandes escorrentías en Paita ponen en peligro a las viviendas de las zonas bajas y las hondonadas forman lagunas afectando a muchas familias; la ubicación de Talara, en la parte baja queda expuesta por las aguas que provienen de la zona de los tablazos, en tanto que, en la parte alta, la mala ocupación del suelo, afecta a la población que se ha ubicado de manera inadecuada en quebradas urbanas cauce de ellas.
Recientemente el especialista del Senamhi Nelson Quispe estuvo en Piura, donde reiteró lo que se viene diciendo desde este ente. Es decir, es probable que este fin de año y los meses siguientes se presentarán lluvias en estas ciudades. Como he mencionado en varias oportunidades, las principales ciudades de la región Piura e incluso de la costa peruana no están preparadas para recibir precipitaciones por muy leves que sean.
Es posible que las lluvias se presenten y los indicadores climatológicos e hidrológicos así lo indican. Será un motivo más para ver perder sus bienes a decenas de personas y afectarse la propiedad privada; pero, serán los meses del reclamo, que irán perdiendo fuerza conforma el evento lluvioso pase. Se reclama que se definan de manera clara las competencias y es lo que no sucede.
A las familias se les invoca protegerse y eliminar peligros con las acciones adecuadas. No esperen mucho de los niveles de gobierno, porque actúan de manera desordenada, aunque digan lo contrario. Es probable que se vuelvan a inundar, pero no se debe permitir más que esto suceda. Si están en zona de riego, por responsabilidad propia y de los suyos, se debe buscan un suelo que no sea inundable.