ERP. Se ha denunciado por este medio y otros, la violencia asesina que se vive en la provincia de Sullana, donde la acción de los sicarios no cesa. Para enrostrar la pasividad de las autoridades policiales y también municipales, durante la última semana se registraron hechos de sangre, que ameritan una respuesta rápida para controlar este flagelo social que afecta esta parte del país.
El clima de inseguridad ciudadana que se percibe en Sullana, se debe a una deficiente gestión municipal, con obras que han incrementado los riesgos, sobre todo por lo caótico o por el abandono de las mismas, el Canal Vía es un ejemplo. Como dimos cuenta anteriormente, para el alcalde este tipo de crímenes que suceden también existen en otros lugares y son “hechos aislados”.
Ya son 19 los fallecidos en lo que va del 2022 asesinatos realizados con total impunidad, pues el malhechor o asesinos, saben que nadie los perseguirá y menos los capturarán, porque se esconderán entre las calles desordenadas de la ciudad y sobre todo se cobijarán en la indiferencia de los responsables de trabajar por una provincia segura.
Se entiende que existe un Comité Provincial de Seguridad Ciudadana que debería planificar el quehacer respecto a este tipo de hechos; sin embargo, más allá de los diálogos entre amigos que realizan, no se dan soluciones prácticas que haga avizorar una lucha frontal contra el sicariato y la delincuencia en general.
La Policía Nacional del Perú, a través de sus diversas instancias, acontecido un hecho de muerte, da la impresión que no realizan trabajos de investigación posterior. Es por eso, que, excepto a dos sicarios que fueron detenidos por personal de la Comisaría de El Obrero, no se tiene conocimiento de detenciones posteriores. Es decir todo queda en la impunidad.
Si bien es cierto, que la Policía Nacional del Perú, en estas circunstancias sería la aliada natural del poblador hombre o mujer, de acuerdo a algunas denuncias llegadas a este medio no estarían actuando con los valores institucionales. Según indican, aprovechándose del “Plan de Operaciones Macroregional de los 100 días" se habrían adoptado medidas inadecuadas para la lucha frontal contra la delincuencia.
Se expresa, en este documento que “(…) sacaron arbitrariamente sin justificación alguna y sin previo aviso verbal o escrito a personal que venía laborando en dicha unidad los mismos que tenían casos pendientes en investigación reemplazándolos por los efectivos que debieran regresar a sus unidades de origen y que se encontraban de apoyo cumpliendo el plan antes mencionado (…)”.
Quizá esta situación que afecta la moralidad de una institución tutelar estar+ia influyendo para no avanzar más allá de lo necesario y solo cumplirían con el recojo de los cadáveres.
Se requiere con urgencia, que tanto autoridades policiales, como municipales se unan para una estrategia de corto y mediano plazo. Sullana no puede seguir envuelta en asesinatos y normalizar los hechos de violencia. Lo sucedido en la última semana no debería repetirse; los asesinatos habidos no deben quedar sin investigación, se requiere extremar las acciones de inteligencia para develar al o los asesinos. No hacerlo, es dejar que el sicariato se empodere en esta localidad.
Con mucha rimbombancia la Municipalidad de Sullana construyó casetas para observar las imágenes de las videocámaras; de acuerdo a información recibida por este medio, las mismas se han malogrado y se mantienen en dicha condición, además de ello, los puntos de observancia y control lucen vacíos. Las videocámaras, son elementos que permiten tener información estratégica para prever la acción delincuencial.
Nuestro articulista el Dr. Edhín Campos Barranzuela, en su último artículo nos indica de los beneficios para el control contra la criminalidad de las videocámaras. Los casos develados gracias a estos equipos así lo ratifican. No se puede seguir en la indiferencia y pasividad, en tanto que los sujetos, pistola en mano, quitan la vida de los sullaneros.
Como expresa un familiar de uno de los asesinados, con voz temblorosa y sollozando “Hagan algo autoridades, no podemos estar seguros en Sullana” y en realidad, no se puede estar seguro porque todo ha devenido en caos y mayor riesgo en una ciudad que es boyante en lo económico, pero insegura en proteger la vida de su población.