ERP. Mirar a la patria después de 200 años de un suceso memorable, es como invitarnos a recorrer el pasado por un túnel de la memoria, para llegar hasta nuestros pretéritos, y agradecerles por la gesta, y el legado de una patria libre y soberana, y eso, con toda seguridad hará hoy un buen número de piuranos., al meditar sobre la trascendencia de un hecho singular, asociado a la toma de decisiones, para inclinarse por un país libre.
Por Miguel Arturo Seminario Ojeda
Director del Museo Electoral y de la Democracia del Jurado Nacional de Elecciones
Ni los cañones, que en la noche del 3 de enero de 1821, los realistas apostaron en las cuatro esquinas de la plaza de armas, lograron doblegar una decisión ya tomada, los piuranos apostaban por la libertad e independencia, y eso lo sabían el Marqués de Torre Tagle, intendente de Trujillo, y el general San Martín, quien se encontraba en las cercanías de Lima, con el Ejército Libertador, en Supe, Pativilca, Huaura y Huacho.
La independencia de Piura se proclamó en la tarde del 4 de enero de 1821, y seguro que la noche anterior muchos no durmieron esperando la aurora de la libertad. El 3 de enero, antes del mediodía llegaron los pliegos de Torre Tagle, comunicando la decisión de Trujillo por la libertad, desde el 29 de diciembre.
Con toda seguridad ya los piuranos lo sabían desde antes de la comunicación oficial, y de igual manera los realistas, por la red de espionaje bien montada, de la que no se salvaba ni el propio general San Martín, cuya ruta había sido seguida minuciosamente por los realistas, dando noticias al virrey Pezuela, cuanto más se aproximaba desde Valparaíso hasta Pisco.
Si bien es cierto que la independencia de Piura se proclamó el 4 de enero y se juró el 6 de enero de 1821, esto no libró al proceso de contradicciones, ya que estas se presentaron hasta entre los miembros de las mismas familias, que contaban en un mismo grupo, tanto a realistas como a patriotas, caso de Miguel Gerónimo Seminario y Jaime, patriota, y su hermano, Fernando Torcuato, realista.
Los intereses de cada grupo estaban asociados a sus intereses sociales y económicos, para muchos el panorama de la vida independiente era incierto, quizá por eso se demoraron en decidirse por la patria. Ese no fue el caso de Miguel Gerónimo Seminario y Jaime, quien ya tempranamente era libertario, y motivaba a otros piuranos en la causa de la patria, y esto lo sabemos por las más de 15 versiones que sobre la independencia de Piura, ubicamos a fines del siglo pasado, en el Archivo Histórico Militar del Centro de Estudios Histórico Militares del Perú, y en la Biblioteca Nacional.
Pese a los conflictos existentes, la independencia de Piura convocó a ciudadanos de todos los estamentos sociales, se ha ubicado a civiles y militares, hombres y mujeres, sacerdotes, carpinteros, empleados administrativos, cigarreros, zapateros, y de otros gremios, que ya habían sido ganados por el ideal separatista.
Fue el tino de Miguel Jerónimo Seminario y Jaime, de lograr que la tropa venga desarmada y como ciudadanos, lo que inclinó la situación a favor de los patriotas, ya que los soldados, que habían sido tentados por los oficiales realistas, con premios especiales, finalmente entendieron que la patria los necesitaba, y no podían dejar de lado la invitación de la patria, que agitaba sus almas.
El 4 de enero se proclamó la independencia, la iglesia San Francisco fue testigo de los hechos, donde las discusiones acaloradas enfrentaban a realistas y a patriotas, pero al fin, los primeros tuvieron que aceptar que era irreversible el proceso, pues ni sus dádivas exageradas ofrecidas a la tropa, pudieron más que el llamado de la tierra, donde había nacido la mayoría.
Asimismo, el cabildo de Piura fue otro de los edificios emblemáticos de la ciudad, donde se inscribió esta página de la historia regional, con gran incidencia en lo nacional, las autoridades representativas de la colectividad tenían que tomar un acuerdo por unanimidad, teniendo en cuenta las recomendaciones de Torre Tagle, y así lo hicieron, por eso, el 4 de enero de 1821, el sol alumbró en Piura, a una tierra que empezaba a recorrer otro camino, esta vez, asociado a la libertad e independencia.
Si bien se considera a Miguel Gerónimo Seminario como el principal protagonista de la proclamación de la independencia, al lado de él hay otros personajes olvidados que reposan en el cementerio San Teodoro, y otros, los que se destacaron en campañas nacionales, se encuentran sepultados en el cementerio Presbítero Maestro de Lima, y solo un piurano nacido en Sullana, Ildefonso Coloma Maldonado, se encuentra en el Panteón Nacional de los Próceres.
Hoy, 4 de enero de 2021, con este tributo a la patria, y de la patria a sus defensores, prometamos a los protagonistas de la gesta de la independencia de Piura, que no solo apostaremos, sino, que lucharemos, si es necesario, por defender la integridad e independencia de la tierra en que hemos nacido. Honrar la memoria de nuestro pretéritos, es un deber, sus buenas acciones, así lo demandan.