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Sáb, Nov

Centenario de Carlos Emilio Negrini Noblecilla

Miguel Arturo Seminario Ojeda
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ERP. Los tiempos de esta pandemia se quedaran para siempre en la memoria colectiva, como suele ocurrir en cada suceso extraordinario que convierte a los hombres y mujeres de la tierra, en protagonistas de acontecimientos, como este que actualmente atropella a la humanidad.

Por: Miguel Arturo Seminario Ojeda.

Y así como ocurre con los sucesos, la vida de algunas personas se queda también para siempre, porque sembraron en cada día de sus vidas, entregas apasionadas en beneficio de los demás, desde el propio campo de sus capacidades y experiencias, como es el caso de don Carlos Emilio Negrini Noblecilla.

Carlos Negrini fue un piurano nacido en el puerto de Paita, el 11 de agosto de 1920 como fruto de la unión de don Luis Negrini Zapata y doña Juana Rosa Noblecilla Cornejo, siendo por el lado paterno, descendiente de migrantes italianos, su abuelo, fue don Vittorio Negrini Drinot, el primero de ese apellido que se afincó en tierra piurana.

Realizó sus estudios primarios en Paita, y los continuó en Lima, donde ya con una formación que le permitió compartir sus conocimientos, empezó a trabajar en el Instituto Industrial de Sullana, siendo uno de los profesores que gozó del mayor reconocimiento por parte de los alumnos, y de la plana docente.

En la década del 40 se instaló en Sullana adoptando a esta ciudad como la segunda que más quería después de Paita. Fue profesor fundador del Colegio Industrial Nº 33, desempeñándose en el ejercicio de los cursos de dibujo técnico y de lectura de planos, siendo además profesor en los Departamentos de Electricidad y Electrónica; se retiró de la docencia en 1982, después de más de tres décadas de enseñanza.

Carlos Negrini 1Carlos Emilio Negrini Noblecilla.

Fruto de su matrimonio con la dama sullanera Manuela Victoria Arellano Roa tuvo tres hijos: Carlos Manuel, capitán de travesía de la Marina Mercante casado con María López Echaiz de cuyo matrimonio tuvo dos nietos: José Carlos y Ana Lucía; Eduardo Arturo, Ingeniero mecánico, casado con Rosa María Wither Caballero, padres de Eduardo Agustín y de Jorge Enrique; y Luis Alberto, Educador con estudios en Inglaterra, Subdirector de Formación General de la Institución Educativa Estatal "JOSE DEL CARMEN MARIN ARISTA".

La vida de don Carlos Negrini estuvo ligada a varias instituciones y a diversas actividades. Fue socio del Club de Tiro, del Club Unión, de la Confederación Obrera de Sullana, del Sindicato de Educadores del mismo lugar, Presidente de la Cámara Junior, Concejal de la Municipalidad de Sullana. Inspector de Parques y Jardines y Alumbrado Público; trabajó en la remodelación del Parque Principal de Sullana, participando en la construcción de la pileta con fuente de agua decorada a colores. Y fue tenor del Coro Polifónico de Sullana.

Pero su tarea no quedó aquí, participó en la construcción del cerco perimétrico del Colegio Salaverry, en el Comité de Construcción de la Iglesia de Sullana y en el de ampliación del Club Unión. Uno de los hitos más importantes de su vida fue estar en la fundación de la Compañía de Bomberos Voluntarios el 26 de marzo de 1956 en la que empezó como seccionario el 9 de abril del mismo año, pasando por los grados y cargos de subteniente de mangas, teniente de mangas, teniente de máquinas, capitán segundo jefe, hasta alcanzar el de Comandante de Compañía el 26 de marzo de 1968. Por propios méritos llegó a la Comandancia General de la Primera Región desde el 26 de diciembre de 1975.

En 1983 se trasladó a vivir a Lima y desde el 18 de febrero de 1984 llegó a la Jefatura del Departamento de Personal del Cuerpo General de Bomberos Voluntarios del Perú, a partir del 10 de febrero de 1992 fue miembro del Consejo Nacional de Disciplina; finalmente obtuvo el grado de Brigadier Mayor.

En vida recibió múltiples reconocimientos, como el premio de Honor al Mérito, otorgado por la Compañía Sullana No.10 en 1962; el Testimonio y Medalla de oro por Servicios distinguidos en 1966; el Diploma y medalla de plata por eficientes servicios en 1967; y, el Honor al Mérito, otorgado por el Comando de la III Región de Bomberos en 1974, por la culminación del local de la compañía de Bomberos de Sullana.

Las menciones honrosas y medallas recibidas, así como los reconocimientos institucionales fueron diversos, eso ocurre con los hombres que dejan huella perdurable y se ganan una aureola de responsabilidad y sobre todo cuando anteponen el bienestar general antes que la satisfacción individual., como ocurrió con la vida de un hombre dinámico, de cuyo entusiasmo pudimos testificar todos los que estuvimos cerca de él, aprendiendo y dialogando para recibir experiencias y ponerlas en práctica, porque estamos seguros que no vivió en vano, por eso se le recuerda en el Centenario de su Nacimiento.

Diario El Regional de Piura
 

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