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Sáb, Abr

Putrefacción en lo micro

Nelson Peñaherrera
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nelson penaherrera castilloERP/N.Peñaherrera. Aunque gracias a la manera cómo hemos votado el 5 de octubre pasado, Piura no irá a segunda vuelta este domingo, de lo que no nos eximiremos es de las elecciones para municipalidades de centro poblado, mal llamadas municipalidades delegadas.

Claro que si no perteneces a ninguna de estas circunscripciones no tienes por qué alarmarte, pero sí seguir leyéndome.

Las campañas electorales en los centros poblados no difieren mucho de las que hemos vivido en los espacios más grandes, como los distritos, las provincias o las regiones.

Lo que trato de decir es que las intrigas, la guerra sucia, las campañas psicosociales y hasta la compra de conciencias se respira cual moneda corriente, rústica pero patente.

Se supone que en un centro poblado casi toda la gente se conoce, por no decir toda la gente; entonces resulta desalentador apreciar cómo los vicios de los grandes procesos electorales se replican en esos espacios, sin mayor remordimiento.

Precisamente por esa cercana vecindad, los centros poblados deberían darnos el ejemplo de democracia, pero no: su manera de hacer política está tan podrida como la que tenemos en las urbes.

Y esa putrefacción, que no es otra cosa que politiquería, se sigue extendiendo cual cáncer sin que nosotros y nosotras, la ciudadanía, hagamos algo por meter una quimioterapia o una extirpación radical (de lo que contamina, claro está).

A la larga, esa actitud va a destruir el sistema de gobierno donde, realmente, estamos más seguros y seguras.

Nunca está de más pedir a la gente que vota en los centros poblados, y quienes votarán mañana y que leen esto, que ejerzan una decisión de conciencia, que realmente ésa sí puede cambiar las cosas.

Ahora que si se debe decidir entre mal menor y mal mayor, no pensemos en que la política es así, porque no es así.

Si llegamos al punto donde tenemos que decidir entre peligroso y riesgoso, pensemos en que la responsabilidad es nuestra en todos los aspectos.

No esperemos otros cuatro años para cambiar la situación. Reflexionemos sobre cómo podemos contener tal putrefacción y cómo enmendarnos la plana pensando en el futuro.

(Opina al autor. Síguelo en Twitter como @nelsonsullana)

 

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