ERP. A estas alturas de la vida, mucha gente debe saber que el famoso truco para que quienes narramos o decimos bloques largos de texto mirando directo a una cámara de televisión consiste en un dispositivo llamado teleprompter, prompter o apuntador electrónico, que ya viene como un aparato compacto o se puede armar artesanalmente según la comodidad de quien habla, mayormente si presenta noticias o formatos que rompan la cuarta pared.
Por Nelson Peñaherrera Castillo
Hay de dos tipos: el visual, que consiste en un monitor que pasa un texto al revés reflejado en un vidrio polarizado que se instala en diagonal frente al lente de una cámara, y el auditivo, que se trata de un audífono colocado imperceptiblemente en el que se escucha el texto dictado por una máquina o una persona. En ambos casos, tú puedes operarlo o puedes pedir a alguien que lo haga.
Salvo que seas un actor o una actriz con mucho entrenamiento en monólogos, ahí está la explicación de cómo es posible que uno o una pueda hablar mirando directamente a cámara casi sin equivocarse ni caer en muletillas. Claro que así como existen los antivacunas, hay colegas antiteleprompter, quienes reniegan su uso aduciendo que nadie les va a imponer un libreto… y terminan diciendo disparates cuando presentan algo a cámara.
Y si se trata de un programa de noticias, no puedes equivocarte porque justo estás dando… noticias, que tienen como requisito la precisión. Entonces, muchas cadenas sí exigen leer un teleprompter, pero a cambio permiten al presentador o la presentadora que escriba sus propios libretos, de tal manera que cuando los lea suenen naturales, como si los hablara de memoria.
Claro que antes de salir al aire, pasan por un editor periodístico (después del editor de texto) y hasta un asesor legal; pero si eres muy hábil redactando, lo que dices mirando al lente suena exacto como si lo improvisaras. Obvio que leer con un aparato de estos requiere dos cuestiones adicionales. Que leas muy bien, y que antes de leer repases el texto un par de veces para saber dónde vas a marcar los énfasis.
No solo es usado por quienes trabajamos en medios. Los políticos también los usan y los usan mucho, en especial los presidentes. Cuando ves un mensaje a la nación desde Palacio de Gobierno, no importa quién haya sido el inquilino, y notas que habla de corrido mirando directo a una cámara, en realidad está leyendo un teleprompter.
Si no se nota, una de dos: o lo escribió él mismo de tal forma que cuando se lo pasan suena bien natural, o, como dije antes, lo ha ensayado varias veces para que cuando se lo pasen suene como si fuese un experto en oratoria. No siempre lo es.
La razón por la que hablo de este apoyo visual o auditivo viene a colación por un comentario muy duro que lanzó el periodista mexicano Fernando del Rincón, de CNN en Español, a Pedro Castillo, y que ha pasado desapercibido por medios peruanos pero en redes sociales es casi una tendencia.
El viernes 4 de febrero de 2022, Del Rincón, al inicio de su programa Conclusiones, comentó el errático mensaje televisado de Castillo en el que básicamente decía tres cosas: recompondremos gabinete ministerial (tras el escándalo de Héctor Valer), la oposición tiene la culpa de la crisis, y que su administración continuará hasta el 28 de julio de 2026, fecha en que debe irse sí o sí.
Del Rincón calificó la alocución como desatinada, y mucha prensa internacional independiente tituló que Castillo adolecía de capacidad autocrítica. “Debo ser su asesor de comunicaciones: primero tiene que aprender a leer el prompter”, dijo medio en broma, y quizás medio en mofa ”Nadie en su sano juicio le va a decir que usted puede ser presidente”, agregó después. Mucha gente celebró la declaración en Twitter; incluso la compartió con sus seguidores.
https://www.youtube.com/watch?v=1FBIF7gCvlY
No es el único error de lectura que Castillo ha tenido. Durante su discurso cuando Perú solicitó su admisión en la Organización para la Cooperación y el desarrollo, OCDE, el funcionario, al leer, mencionó a una “oukd” pero en gutural, como si se estuviera atragantando. Aparentemente, su asesor de prensa no le advirtió que el uso en español es decirlo “o-ce-de-e” u “ocde” en último caso. Para quienes lo ignoren, la OCDE es una suerte de centro de inducción de los países en vías de desarrollo hacia el club de países desarrollados.
https://www.youtube.com/watch?v=vpcPyK1AOe0
En otros discursos, también han sido evidentes los problemas que Castillo tiene para leer, en especial cuando se trata de puntos seguidos, cuya inflexión es descendente, a los que trata como comas, cuya inflexión es ascendente, como cuando enumeras cosas: “A Pablito le duelen la cabeza, el cuello, el pecho y los hombros”.
La inflexión ascendente indica que dentro de una oración vas a añadirme más datos, no que me estás cerrando una idea, que es la función del punto o inflexión descendente. Me perdonan pero quienes trabajamos en medios y no sabemos para qué diantres sirve cada signo de puntuación, simplemente equivocamos de oficio. Sigamos.
El error que para muchos pasa desapercibido o que se prefiere obviar, puesto de manifiesto por un periodista (que encima ha escrito libros) en un canal de televisión con alcance continental, lo que está diciendo a decenas de millones de televidentes es que la persona que encarna el estado Peruano no solo adolece habilidades de liderazgo, sino que además tiene un nivel cultural por debajo del deseado, máxime si representa a nuestra nación, y mucho más si se ha formado como docente, nuestro primer referente en el uso de la lengua.
Y ojo que contra lo que mucha gente quiere hacernos creer, el idioma materno de Castillo es el castellano. Entonces, el argumento de que el código podría adolecer de vicios por un supuesto bilingüismo no existiría. Probablemente haya una diferencia de contextos, pero cualquier autoridad sabe que cuanto más alto sea su cargo, con más de ellos tendrá que lidiar.
¿Anecdótico? No, para nada. Preocupante cuando menos. ¿Por qué? Quienes nos preciamos de tener una alfabetización aceptable, entendemos que saber leer, y leer bien, más que un indicador de ascendente social, es una advertencia implícita a cualquier persona que no somos caídos del palto.
Que si alguien pretende contarnos la caperucita poniendo al lobo como un ser angélico, se va a estrellar de lo lindo porque un análisis frío del relato determinará que todos los personajes tienen actitudes fallidas desde el saque. Por eso el cuento casi termina en tragedia. Bueno, para el lobo sí.
Ésa es una razón por la que uno de nuestros deberes como ciudadanía es favorecer las campañas y políticas de alfabetización de todos los tipos a todos los niveles, ya que de ese modo generamos comunidades que puedan actuar de forma más eficiente, más segura, más inteligente, y que no puedan ser fácilmente manipuladas, especialmente por quienes aspiran a liderarlas.
De paso que nuestros niveles de expresión oral o escrita mejoran considerablemente. Digo, cuando alguien redacta en redes sociales y usa lo más parecido a jeroglifos o apócopes de apócopes, lo que en realidad nos está diciendo a los cuatro vientos es que tiene una gran falencia para construir o comprender bloques lógicos de información.
Ahora bien, lo que no me queda claro es si Fernando del Rincón nos está haciendo un favor al resaltar ese detalle de Castillo o está contribuyendo a mellar el desprestigio cultural que representó Laura Bozzo al mostrar a peruanos y peruanas que parecían comunicarse a un estilo poco menos que troglodita, aunque ahora la ‘doctora de los pobres’ está ganándose la vida en la misma tierra que vio nacer al periodista: México.
Pero, admiración aparte, cuando lo escucho, le percibo esa rabia que tiene tu amigo, pata o cuate de toda la vida al ver que te equivocas casi por deporte, y que en lugar de enmendarlo, persistes en seguirlo haciendo. Y eso lo frustra. Como para que nos siga agarrando a raquetazos a ver si reaccionamos. Y ojo que del Rincón en tenis, según mis fuentes, se defiende.
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