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Vie, Abr

El Día del VIH/SIDA

Nelson Peñaherrera
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nelson penaherrera castillo1ERP/N.Peñaherrera. Hace unos días leí en un ‘ffeed’ de la Agencia Andina que los casos diagnosticados de infección por VIH en lo que fue la sub-región Luciano Castillo Colonna supera los 400.

Es probable que a lo largo de esta jornada aparezca más cifras que se acumularán a los estimados mundiales, y mientras lo veamos como un problema de cifras, tanto la infección por VIH como el SIDA nos parecerán realidades lejanas hasta que tocan nuestras vidas, o se hacen parte inseparable de nuestras vidas.

Y allí surge el quiebre.

Durante estos cuatro meses que llevo editando(no escribiendo) los artículos del obstetra Marco Paulini, y converso con él cada vez que producimos cada nuevo material, me doy cuenta que la realidad actual está hecha para que la infección se siga disparando, especialmente en la adolescencia.

En la medida en que la población menor de 20 añitos y mayor de 13 siga viendo al sexo como un simple momento divertido, al que se acude del mismo modo como pruebas tu primera chela, tu primer fallo, o tu primer porro (si es que no lo cultivas), tendremos una nueva oleada de casos, con el consiguiente efecto inmediato sobre la población que debe ser plenamente productiva en la próxima década.

Mientras la comunicación sobre sexo o vida sexual entre padres e hijos sea un bloque de hielo, o se base en prejuicio y desinformación, vamos a seguir lamentando cómo más personas son diagnosticadas a diario (no es exageración), con la consiguiente transformación de sus vidas, de por vida.

Mientras se mire con susto o burla a quienes compran un preservativo porque se quieren y porque respetan a la otra persona, y no les comprendamos como seres que sí usan su inteligencia, el bendito ‘bicho’ irá ganando puntos en su tablero.

Mientras se siga hablando del VIH y del SIDA en voz baja, o no se hable al respecto, o no se hable con perspectiva científica, el problema no parará. O quién sabe, cuando la infección toque nuestras vidas probablemente la veríamos de otra manera, más humana, más sensible, más trascendente.

Aunque, claro, no faltará quien se lo tome de forma irresponsable y como un juego, incluso dentro de quienes ya tienen el diagnóstico, como los casos que Marco y yo nos hemos venido enterando durante estos meses.

La Organización Mundial de la Salud ha planteado hace casi un año que para 2030 ya se podría tener control sobre el mal. ¿Estamos dispuestos y dispuestas a esperar 15 años para tener un respiro?

Renovemos hoy nuestro compromiso para ser una barrera de contención contra el VIH/SIDA, incluso si está dentro de nuestro cuerpo, educándonos, educando, protegiéndonos, protegiendo, trabajando activamente no para ocultar o condenar, sino para convencer con cariño y con firmeza, para que nadie más entre en la cuenta, o que si hay la sospecha de que podría entrar en la cuenta, que se tomen las precauciones para que nadie más se infecte.

(Opina al autor. Síguelo en Twitter como @nelsonsullana)

 

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