ERP/N.Peñaherrera. ¿Qué dice el manual de educación Vial sobre lugares para estacionarse?
Borde blanco o sin color en la vereda: sí puedes. Borde amarillo en la vereda: no puedes.
Ayer, mientras íbamos a una diligencia, pasamos por la Plazuela Checa y nos sorprendió una especie de dislexia cromática: los vehículos estaban estacionados del lado amarillo.
Probablemente ya no había sitio del lado blanco, pero ¿acaso la regla no es la regla?
Me pregunto cuántas de las personas que, sabiendo o no, estacionaron del lado amarillo saldrían cual leones o leonas si es que la grúa comienza a llevarse cada una de las máquinas; mas si alguien les vulnera sus derechos ¿no protestarían clamando justicia?
Ahí está la palabra clave.
Yo aprendí en el fenecido curso de educación Cívica que justicia es dar a cada quien lo que le corresponde. Un compañero mío lo explica más sencillo aún, y sostiene que se trata de equilibrar las condiciones, de tal forma que nadie esté ni por encima ni por debajo.
Ojo, eso no es doctrina comunista sino la tendencia a armonizar las cosas siempre que nos merezcamos el beneficio de la armonía.
Cada derecho (lo que me toca) viene de la mano, bien aferradito, con un deber (lo que debo otorgar). Esa dualidad estará presente en todo momento de nuestra vida. El pueblo chino lo llama 'ying' y 'yang', eternos opuestos que se complementan, la base del equilibrio, la armonía y la justicia del cosmos completo.
Entonces, si las cosas vienen así, ¿por qué tendríamos que romper tal equilibrio, bajo qué argumento?
Pensemos qué estamos haciendo para actuar con justicia. De ese modo, podemos tener la valiosa oportunidad de corregir las cosas, si objetivamente no están equilibradas.
Y si no queremos cumplir con nuestro deber, pues no nos llenemos la boca demandando nuestro derecho.
En conclusión, vecindario de Plazuela Checa, ¿respetamos la franja amarilla? Gracias. Lo mismo para ustedes.
(Opina al autor. Síguelo en Twitter como @nelsonsullana)
