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Lun, Dic

Tu reputación (dixit Arjona)

Nelson Peñaherrera
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nelson penaherrera castillo1ERP/N.Peñaherrera. ¿Por qué muchas autoridades al frente de entidades financiadas con dinero de los y las contribuyentes están adoptando conductas defensivas, delirantes y hasta bravuconas frente a los medios de comunicación?

Es cierto que toda persona tiene derecho a que su imagen y buena reputación estén bajo salvaguarda en cualquier espacio, pero lo que algunos abogados no dicen –habría que preguntar la razón- es que aquello va acompañado del deber de portarse bien dentro del espacio bajo cuestionamiento.

El razonamiento es bien simple: si haces lo correcto y se informa lo incorrecto, se te está vulnerando; pero si haces lo incorrecto (y encima queda grabado) y se informa lo correcto, tú eres quien está vulnerando el orden.

Y si le añadimos el hecho que estás al frente de una entidad o corporación financiada con dinero público, lo mínimo que debes aceptar con mucha humildad es el escrutinio público.

La ley peruana, al igual que la de muchos países donde el sistema de gobierno es la democracia representativa, permite que cualquier persona, sin expresión de causa, solicite información sobre la forma cómo se conduce cualquier entidad pública siempre que no se afecte la seguridad nacional o la intimidad personal.

La seguridad nacional solo aplica a entidades relacionadas con acciones militares, policiales, de Inteligencia o de diplomacia. La intimidad siempre alude a la esfera cuando el sujeto se despoja de su cargo y pasa a ser cualquier hijo de vecino más.

Pero, cuando el poder está involucrado, la cosa cambia y es la ciudadanía la que tiene el derecho de preguntar, y la autoridad tiene el deber de responder. Y si no le gusta responder, entonces debe someterse a la jurisdicción legal correspondiente.

Cuando la autoridad confunde las esferas y trata de cambiar la polaridad de la ley, lo mínimo que nos queda es sospechar que algo no anda bien, que alguien no se está portando bien; entonces, es legítimo llegar al fondo de todo por un simple criterio de transparencia.

En consecuencia, la actitud defensiva, delirante y bravucona, a mi juicio, solo tiene una respuesta: porque se está actuando al margen de la ley.

Si ello es correcto, lo mínimo que queda es exponer, y que las partes encargadas de castigar y corregir hagan su trabajo, salvo que sean parte del mismo esquema. Puede ser posible.

(Opina al autor. Síguelo en Twitter como @nelsonsullana)

 

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