ERP/N.Peñaherrera. La primera vez que vi el Atlas Regional de Piura fue en el colegio. Estaba en segundo de secundaria y la obra acababa de salir de la imprenta.
Casi tamaño A3 con páginas tan gruesas como cartulinas, con gráficos y fotos a color, y dos encartes: uno con una foto de satélite de la mitad norte de Piura en A2 y detrás una de las acuarelas que Baltazar Martínez de Compañón mandó a pintar hace tres siglos con un mapa de Piura, desde la costa hasta “Guancabamba”; el otro encarte era… el fe de erratas.
En ese tiempo, Piura aún tenía siete provincias. Sechura estaba en gestación.
Unos días después, el enorme libro apareció en mi casa. Nunca supe cómo papá lo había conseguido, pero ahí estaba, y ahí sigue estando, en la biblioteca del segundo piso.
Desde su salida en 1988 –a ver, restemos- no ha sido actualizado, pero sigue siendo un material clave de consulta sobre el departamento de Piura, especialmente en esas ocasiones cuando uno que otro vendedor de sebo de culebra aparece a anunciar que recién descubrió la redondez de la esfera o el heliocentrismo de nuestro sistema planetario.
¡Mentira!
Desde la llegada de los españoles, en 1532, ya se estaba documentando todo eso y más: identidad piurana, o Piurología, como la llamo cariñosamente.
(Piurología. Sust. Fem. Neologismo: Ciencia que estudia integralmente la realidad socio-política-ambiental de Piura como espacio geográfico único en el planeta Tierra.)
Hay muchos piurólogos y muchas piurólogas que deberían tener monumento: Justino Ramírez, Lola Cruz, Reynaldo Moya,Hildebrando Castro, Fidel Torres, Luis Ginnocchio, Marlene Castillo, anne Marie Hocqueghem, Margarita Rosa Vega, Pablo Cruz, Miguel Arturo Seminario (¡no sabes cómo devoré tu Historia de Tambogrande!)…
Pero, sin duda, quienes pudieran ser considerados como la madre y el padre de esa ciencia son Nicole Bernex de Falen y Bruno Revesz, y el Atlas Regional de Piura, el antes y el después de esa ciencia.
Fue en ese libro donde aprendí a ver a mi región como una entidad y no como mi provincia o mi ciudad.
Cuando hace 14 años comencé a dármela de explorador para luego publicar, no fui a descubrir nada; en realidad, ya me había estudiado el Atlas en mención.
El resto era seguir los mapas y comprobar la impecabilidad del arduo trabajo de Bernex y Revesz.
El viernes, Bruno nos dejó para siempre. Y digo Bruno a secas porque llegué a conocerle en persona, a conversar con él, a aprender… y él me acogió con mucho cariño. ¡Qué afortunado que he sido, caray!
Es una de esas partidas donde tus sentimientos se polarizan: te da pena su deceso, pero te alegra que dejó obra. Ése es el ejemplo que debemos seguir.
Así que propongo el reconocimiento oficial de la Piurología como la ciencia que explica a la región Piura. en consecuencia, aspiro a ser piurólogo.
Y claro está, a Bernex y Revesz con el título arriba citado.
Gracias, Bruno, por tanta inspiración. Créeme que no te dejaremos descansar en paz… créeme.
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