17
Mié, Abr

Leña para el carbón... ¿en serio?

Nelson Peñaherrera
Typography
  • Smaller Small Medium Big Bigger
  • Default Helvetica Segoe Georgia Times

nelson penaherrera castillo1ERP/N.Peñaherrera. Los ambientalistas andamos (sí, soy uno de ellos) con los pelos de punta, desconcertados mas bien, ante la noticia de que el Parque Nacional Cerros de Amotape reduciría su superficie en Tumbes.

Para quienes no leen mapas, Piura comparte una considerable porción de ese bioespacio. Sigamos.

Hay un proyecto de ley en el Congreso de la República para reducir el área de la reserva natural con tal de construir la presa Matapalo, y así ampliar la frontera agrícola de Tumbes. Dicen que es parte de los convenios que tenemos con el ecuador.

El anuncio fue realizado durante la COP20 en Piura por el ministro Manuel Pulgar Vidal como entre queriendo y no queriendo la cosa, y las reacciones son aún muy tímidas porque no se tiene todo el cuadro completo. Pero, seamos justos, por lo menos se está avisando, y mientras el proyecto siga siendo proyecto, podemos hacer lo posible para que los perjuicios sean menores que las buenas intenciones. El propio ministro del Ambiente está abierto a ideas.

Quienes han comenzado a levantar la voz opositora sugieren que hacer la presa, incrementar la frontera agrícola y reducir el espacio de Cerros de Amotape se resume en una sola palabra: deforestación.

Y esa realidad no nos es muy ajena que digamos. La región Piura está viviendo su propio proceso de reducción de bosques primarios, o creados por El Niño, principalmente algarrobales, debido al comercio indiscriminado de carbón.

¿Y a dónde va el carbón? Principalmente, a las picanterías.

Quienes aprecian la gastronomía piurana dicen que el sabor de nuestras comidas es peculiar gracias a que el combustible es un árbol cortado y hecho trizas (perdón, no nos andemos con eufemismos), que atiza una olla de barro.

¿Se justifica que nuestra gastronomía haga dinero, sea la delicia del turismo y publique suculentos 'posts' en las redes sociales a costa de nuestros algarrobos, charanes, faiques y hualtacos?

Oh, oh. Nuevamente tenemos la vieja disyuntiva de consumismo versus conservacionismo.

Se habla de que en el mediano plazo tendremos gas por tuberías, no en balones (bommbonas, para que me entiendan en otras partes de Latinoamérica), . ¿Sería mucho pedir que la gastronomía piurana migre del carbón al gas, o mejor aún a un tipo de sistema de cocción de bajo o nulo impacto ambiental? ¿Qué tal la energía solar?

No niego que el sabor de la culinaria piurana es lo máximo (Chulucanas en especial),; sin embargo, ¿tenemos que favorecer la desertificación en aras de impulsar una industria en particular?

¿Qué sucederá el día cuando ya no haya bosques?

La erosión será incontenible, no habrá capacidad de retención de agua subterránea, los extremos climatológicos se dispararán en ambas direcciones, se incrementará la pobreza, y encima la gastronomía se quedará sin combustible... entonces, agonizará y morirá.

Recordemos que el fin no justifica los medios, así que a propósito del dilema tumbesino, y tras la COP20, éste es un momento más que oportuno para activar el debate acerca de la responsabilidad socio-ambiental de la gastronomía piurana.

Y por supuesto, si reducir superficie a Cerros de Amotape implica deforestar, entonces el proyecto de ley no debe pasar, Correa no debe olvidar su (relativo) discurso ambientalista y Humala debe pensarlo dos veces antes de degustar un rico seco de chavelo. ¿Lo pensamos mejor?

(Opina al autor. Síguelo en Twitter como @nesonsullana)

 

Publicidad Aral1

Paypal1