ERP/N.Peñaherrera. La doble moral está por todo sitio, incluso en el deporte.
Éso explica, como en otros campos, por qué aunque seas patán, si rindes dentro de CUALQUIER DISCIPLINA, solo hay ojos para tus logros.
Existe una frase clásica para resumirlo: el fin justifica los medios.
El adagio, acuñado por el italiano Niccola Macchiavello en pleno Renacimiento, dice en resumen que cualquier cosa es válida para conseguir tus objetivos, aunque la cosa sea deleznable tanto moral como legalmente.
De ese modo, se entiende por qué Luis Suárez, el jugador uruguayo expectorado del mundial de Brasil, es disculpado por sus dentelladas. Lo que importa es que pase bola para hacer goles a pesar de un más-que-evidente problema psiquiátrico.
Incluso hay ¿periodistas? que se lo consienten.
El problema es que en el deporte, donde se supone que cuenta tu superación como persona y como atleta, todo está más patas arriba de lo que se piensa.
De ese modo, cuatro deportistas paralímpicos de Piura han tenido que mendigar dinero, prácticamente, para ir al ecuador, sin tener apoyo gubernamental. A pesar de ello, han traído medallas en cantidad.
Ahora tienen que ir a estados Unidos. ¿Tendrán que salir a mendigar porque no reciben apoyo gubernamental?
Hace años estábamos produciendo una historia sobre levantadores de pesas en Piura, quienes todas las veces que salen a concursar regresan con oro o con plata.
Nuestra sorpresa fue que, a pesar de existir partidas para implementarles, tenían que comprarlo prácticamente todo con tal de entrenar; las autoridades solo les proporcionan el gimnasio.
O, a propósito de pesas, está el caso –que particularmente me parece emblemático- de aquel físicoculturista peruano que logra dos títulos nacionales sin recibir un sol del estado, que habría aceptado hacer un video para adultos (siendo pagado por eso), y que, una vez descubierto, es sancionado por una conducta aparentemente antideportiva.
Abogados con quienes conversé dicen que, por más que le dan vuelta, no hallan la conducta antideportiva en esa acción (de hecho, en Brasil, Europa y Estados Unidos, es costumbre que algunos deportistas hagan videos y fotos para adultos y nadie les ha condenado).
Sin embargo, me decía un abogado, ¿cuántos físicoculturistas han sido ejemplarmente sancionados por muscularse con esteroides, a pesar de los daños documentados que producen?
Se de buena fuente que las jeringas están a la orden del día minutos antes de salir al escenario en los torneos piuranos.
Y ni qué hablar de los futbolistas que pueden tomar hasta caerse de borrachos con tal de hacer goles, o de un nadador al que todo el mundo le besa los pies a pesar de aparecer fumando marihuana, o de un ciclista que ganó en Francia e Italia haciendo trampa.
El fin justifica los medios.
Si el deporte es el espacio para demostrar tu excelencia en base a tu esfuerzo y tu disciplina, el adagio de Macchiavello no aplica en absoluto.
No es justo que buenos y buenas deportistas tengan que llegar a extremos para financiar sus actividades, sin opción a romper la argolla que sí se beneficia de auspicios y ayudas.
No es justo que deportistas destruyan sus cuerpos sistemáticamente con tal de conseguir una presea, y morir antes de tiempo.
No es justo que se disculpe la aberración con tal de anotar un punto.
Tenemos que repensar seriamente qué queremos conseguir con el deporte, y por donde lo queremos encaminar sin doble moral, sin cucufatería, sin discriminación; pero con pundonor, firmeza, planificación, apertura, esfuerzo y disciplina sobre todo.
el fin no justifica los medios.
(Sigue al autor en Twitter como @nelsonsullana)