ERP/N.Peñaherrera. ¿Recuerdas cuando en el colegio te tocaba examen oral, y tu profe anunciaba que todo sería por sorteo?
Eran minutos de tensión máxima.
¿Cómo hacerte amigo del azar para que el papelito con tu número de orden no sea ni el primero, ni el segundo, ni el tercero en salir? Por último, que ni saliera.
¿Cómo convencer al tiempo de que comprima los 45 minutos o que tus compañeros o compañeras se lanzaran una cháchara de diez minutos? ¡Tranca!
Tensión al máximo.
Algo así deben estar sintiendo todos los presidentes regionales del Perú.
De los 26 existentes, 5 están fuera de servicio, 1 que podría ir al bote y los otros 20 se miran entre sí calculando, elucubrando, alucinando quién será "la próxima víctima".
¿Por dónde podría estar el punto débil que, cual avión en vuelo a gran altura, destruya todo el fuselaje a velocidad de cruzero?
De Perogrullo, si estas dudas asaltan la mente de estos mandatarios –servidores públicos, mas bien- es que las cuentas no andan nada claras.
Incluso la palabra Contraloría genera tal choque anafiláctico que hasta las oficinas de las municipalidades estallan en fuego... ¿por orden de quién?
Insisto, ¿cuál es el mérito de ostentar un cargo, de ser autoridad, de no ser otra cosa que un potencial delincuente pero que gana un sueldo pagado con el dinero de todos los y todas las contribuyentes? ¿Hay alguna diferencia con un arañero, un carterista o un robacelulares?
¿Aún habrá algún o alguna inocente que cuando se le presenta un alcalde, regidor, consejero, funcionario... es capaz de ponérsele a sus pies figurándose que está ante el Inca o ante un Rey?
¿es que acaso no es evidente que la desconfianza ha llegado a extremos en los que las municipalidades y los gobiernos regionales se han convertido en campos minados? O sea, "fíjate bien dónde pisas".
¿Habrá quien aún piense que está sobre la ley, sobre todo?
¿Hay justos en medio de los pecadores?
Alucinar así es la mejor forma de perder altura y estrellarse violentamente contra el suelo, donde es más fácil recoger los restos.
(Sigue al autor en Twitter como @nelsonsullana)