ERP. Conversa. El especialista en salud mental Dr. José Quispe Jaime, conductor del programa televisivo local “Orientando TV”, indicó que el uso de los dispositivos electrónicos (celulares/tabletas) causa impactos en la salud mental de los niños. Asimismo, señaló que la ansiedad y la depresión infantil se han vuelto bastante recurrentes en los infantes y adolescentes talareños.
En diálogo con este medio de prensa digital afirmó que el uso del celular por los niños durante horas cada día, perjudica su desarrollo normal y les ocasiona problemas de conducta, trastorno de sueño e incluso problemas de depresión infantil y ansiedad, con riesgo de generar adicción en casos extremos.
Agregó que estos dispositivos influyen en el aprendizaje porque el niño recibe estimulación rápida e intensa excesiva, pudiendo disminuir su autocontrol y atención, limitando el uso del lenguaje al no haber interacción.
“Con el celular los niños empiezan a experimentar una manera de ser individuales, pero sin socialización, solo con el elemento juego su realidad social. Esto genera que cuando los niños están en el colegio, por ejemplo, la posibilidad de hablar, de interactuar les cuesta y se les hace difícil porque su espacio está reducido a una interacción con un elemento frío llamado pantalla (dispositivo) que realmente los está reprimiendo en lo social”, manifiesta.
El psicólogo Quispe Jaime agregó que en el caso de los juegos virtuales si estos son violentos los menores interiorizan una conducta violenta y luego quiere jugar a ello. “Entonces los papás y los profesores dicen es un niño malcriado, agresivo, pero en realidad es solo un reflejo de lo que los papás ceden y no controlan”, comentó. En esa línea señaló que además ha observado que falta comunicación, falta confianza y afecto de padres a hijos y viceversa.
En otro memento del diálogo se le consultó acerca de las afectaciones o patologías frecuentes en los niños de Talara a lo que el especialista dijo que se observa ansiedad y depresión. “Cuidado que estamos hablando de pequeños con estados depresivos. El hecho de no dormir bien (porque se acuestan tarde) y tener un pensamiento recurrente negativo ya no tenemos que asociarlo a una observación psicológica sino psiquiátrica”, indicó.
Mencionó que se debe tener mucho cuidado con la ansiedad porque los lleva a querer cambiar de una situación a otra. “Esto se refleja, por ejemplo, en niños que paran cogiéndose las manos. No se trata de un tema de hiperactividad sino de algo incontrolable, con sudoración, con pálpitos al corazón intensas”, reveló.
Sugirió que sus colegas en los colegios y otras instituciones traten de discriminar qué está sucediendo entre conducta y comportamiento. “Se debe considerar esa timidez de los niños para socializarse, no quieren salir y solo quieren encerrarse porque su zona de confort es ese vacío que no lo saben llenar bien y en su soledad lo están haciendo mal. Los papás no estamos (porque hoy tienen que trabajar ambos), entonces la poca comunicación y confianza se presentan como una señal, como un síntoma de que algo está pasando; y si esto lo sumamos a otros como poca expresión, dificultad para hablar van sumando y generando ciertas patologías que afectan la salud mental de los menores”, concluyó.