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La sed del Ministro Trujillo en el Molino Azul de Pedregal Grande

Piura
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ERP/Edgar Girón P. Mientras todos salían de casa de Rosa, ubicada en el sector el Molino Azul de Pedregal Grande, el Ministro de Vivienda Edmer Trujillo Morí se detuvo en el pasadizo; y es que seguro la sed lo apremiaba y al ver una tinaja con chicha de jora no dudó en aceptar el ofrecimiento de la dueña y probar con “poto” en mano (recipiente de zapote y de nombre cojudito usado para servir esta bebida) de un refrescante trago del néctar de los incas.

Dicen que un “poto de chica de jora” restituye las energías para completar la obra, y aunque eran apenas las 9 y 15 de la mañana, el Ministro Trujillo ya había llegado hace una hora al Bajo Piura para inspeccionar los trabajos de instalación módulos temporales a favor de las familias damnificadas por el Fenómeno de El Niño Costero. Al menos 300 de un total de 470 módulos ya han sido construidos en Piura, informó el titular de la cartera de Vivienda a la vez que reconoció que era insuficiente. Y continuando con su discurso, anunció la compra de unos 20 mil módulos adicionales a los 2500 que compró el gobierno al inicio de la emergencia para todo el país.

“Es insuficiente, el catastro ha demostrado que (en Piura) tenemos un promedio de 14 mil viviendas colapsadas, de estas 14 mil, 3 mil están colapsadas totalmente y 11 mil son inhabitables”, reflexionó Trujillo después de beber la chica de Pedregal Grande.

Para quienes no conocen, el camino a este centro poblado se inicia arribando primero a Catacaos, distrito ubicado a 5 Kilómetros de la ciudad de Piura; luego debes abordar uno de los taxi-colectivos estacionados frente a la Posta Médica y en seguida disfrutarás de un breve viaje de diez minutos, aproximadamente. Antes de ingresar a Pedregal, que también fue tomado por asaltado e inundado sin piedad por el Río Piura la imborrable mañana del 27 de marzo del presente, puedes deleitarte de la naturaleza, respirar el aire puro y de la lozanía de las chacras y de un canal de regadío que se ubican en la entrada del pueblo.

Obviamente el Ministro Trujillo no llegó en taxi colectivo, sino en camioneta y seguido de por menos otros seis vehículos más, con el respectivo protocolo de agentes de seguridad. El objetivo principal de su visita: Inspeccionar los trabajos que se realizan en estas pequeñas villas, con la instalación de los módulos temporales. Sin embargo, además de esta tarea Trujillo Mori traía consigo otra: Conversar con la población para devolverle la esperanza, aquella que después de tres meses y ocho días de sucedido el desborde, ya se esfuma de la memoria de los pobladores; quedando solo el mal recuerdo de las torrenciales lluvias, del barro y la desolación de ver sus casas y bienes perdidos bajo el agua.

Y, efectivamente, encontré a don Trujillo cumpliendo con ese objetivo intrínseco y acompañado de las autoridades locales y provinciales le conversaba a los pedregaleños (y los periodistas de los medios regionales) sobre las facilidades que brindará el gobierno para que las reconstrucción de las viviendas se haga sin la formalidad de contar con el título de propiedad del inmueble, pues casi un 50% de damnificados no cuentan con este requisito.

“Se tendrá q modificar la Ley de creación del bono habitacional, se emitirá un decreto supremo y la respectiva resolución ministerial, pero se darán las facilidades y los trámites serán sencillos”, expresó el máximo funcionario del Ministro de Vivienda, Construcción y Saneamiento.

Son más de las 10 y 30 de la mañana y la sed del Ministro Trujillo al parecer ya había sido aplacada en El Molino Azul, y aunque las voces de protesta no se hicieron esperar durante este recorrido, como una minusválida que gritaba en el frontis de su casa mientras tejía un sombrero de paja toquilla, expresando que sólo se benefician unos cuántos y que la misma ayuda demora en llegar a Pedregal o como unas madres de familia que reclamaron en el sector de Pozo de los Ramos de Cura Mori (otro distrito del bajo Piura afectado por las lluvias), indicando que los lotes donde nadie ha vivido ahora se construyen módulos temporales; la voz del ministro no se amilanó, no dudó en responder en un diálogo coloquial que era fácil destruir, como lo hizo el río Piura en pocas horas, pero no era posible construir de inmediato. Además es criterio de honestidad el que debería prevalecer en los damnificados para ser beneficiados con los módulos.

El sol aun no asomaba pero ya eran casi las once y el Ministro Edmer Trujillo, según nos dijeron, tenía que visitar otros sectores como Alberto Fujimori; por lo que siguió su camino tras beber ese trago de chica de jora y tras entregar más módulos a damnificados, de ver llorar a emocionadas ancianas con este acto y recomendar a la población no dejarse engañar con ningún timador que se atreva a embaucarlos con algún tipo pago. “No tienen que pagar nada”, les dejó diciendo.

Hay que reconocer el trabajo realizado por el Ministerio de Vivienda, aunque a paso lento, recién en octubre está previsto iniciar las construcción de las viviendas definitivas para quienes vivieron en carne propia el ver derrumbar años de trabajo y sus sueños por la inundación. El motivo de la esperanza renace en cada poblador, en cada mirada, en el llanto de las señoras de la tercera edad, en los pedidos realizados por los moradores del Bajo Piura y hasta en el agradecimiento por la visita de Trujillo. Así como lo dijo Rosa, mientras cargaba con su hijo en hombros y acomodando la tinaja para filtrar la chica de jora y venderla como de costumbre… hay que ser agradecidos y continúo con la faena.

 

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