Piura. (factortierra.net, especial para el ERP) No es novedad que este verano no está lloviendo.
Mientras muchas personas creen que es decisión providencial, la verdad es que la clave está en recordar los dos extremoss de la llamada Oscilación del Pacífico sur, o ENSO por sus siglas en inglés.
El indicador clave es la temperatura del mar frente a las costas de Piura, ésta tiene la influencia de dos grandes corrientes: la de Humboldt, o de aguas frías, que corre desde la Antártida pasando por Chile y llegando a Perú; la segunda es la de El Niño, o de aguas cálidas, que circula a lo largo de la faja ecuatorial del planeta.
Sucede que ambas masas de agua chocan frente a la bahía de Paita, y esa colisión térmica altera el clima local. Algo así como cuando te resfrías si pasas de un ambiente caliente a otro frío, de forma súbita.
Si el mar se calienta en verano, estamos frente a un evento El Niño; si se mantiene frío, se trata de un evento La Niña. Eso explica la O de 'oscilación'.
El ciclo hidrológico piurano
El calentamiento de las aguas produce evaporación, por lo tanto nubes, las que son transportadas por el viento que entra desde el mar hasta llegar a la sierra.
Allí, estas nubes son absorbidas por las jalcas y los bosques de neblina, que las devuelven al mar mediante los ríos; pero no necesariamente este ciclo produce precipitaciones copiosas.
Para que ello suceda hace falta otro 'ingrediente': humedad desde la amazonia.
De la selva sus nubes
Los vientos alisios, que corren de este a oeste, transportan nubes desde la cuenca del Amazonas.
Como los Andes de Piura son muy bajos –no más de 4000 metros de altura, en comparación con los más de 5000 a 6000 del resto de la cordillera-, la humedad amazónica remonta hasta la hoya del Pacífico con mucha facilidad, lo que produce un nuevo choque térmico, y las precipitaciones son inminentes... y torrenciales.
Este fenómeno se llama trasvase amazónico o andino, según el autor que consultes.
Ni de acá ni de allá
El problema es que, en este momento, ni los vientos alisios son tan fuertes para trasvasar humedad amazónica, ni el mar se ha calentado lo suficiente frente a Piura para producir evaporación: estamos en La Niña.
Más bien, todas las precipitaciones se están concentrando a lo largo de la selva entera, la sierra central y sur del Perú.
Para que haya lluvias necesitamos una masa de humedad caliente que choca con una masa de aire frío (o viceversa). Entonces, el agua pasa de estado gaseoso a líquido, fenómeno también conocido como condensación.
Aparentemente, la condensación de nubes no se estaba produciendo, especialmente sobre la costa de Piura.
En los últimos días, esas condiciones sí parecen estarse presentando en la sierra surecuatoriana y toda la piurana, lo que está incrementando los ríos, y permitiendo que el reservorio de Poechos, en Lancones, remonte los 200 millones de metros cúbicos.
Si sigue lloviendo, podría superar la mitad de su capacidad actual, en estos días.
Pero, hablando en términos generales. Las lluvias que la costa necesitaba, especialmente para la agricultura, no se han presentado, y se espera que las mismas condiciones sigan por los próximos cuatro veranos, a menos que algo providencial rompa el pronóstico.
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