ERP. Los manglares de Tumbes, es una zona altamente turística por la configuración del mar, los manglares que se distribuyen en las partes donde confluye lo marino y continental, permite el desarrollo de un ecosistema, donde los Recursos Invertebrados Marinos Bentónicos, le dan ese valor agregado para la extracción, por ejemplo, de la concha negra y otros que forman parte de la gastronomía local.
Don Juan Flores, un antiguo promotor turístico de los manglares de Puerto Pizarro, con la experiencia que le da los años, precisa que en este lugar cada quien sabe y conoce sus actividades, que las autoridades son lentas en mejorar el entorno y que existen no solo los que viven de la belleza del entorno, sino quienes en horarios determinados y de acuerdo a la marea centran su labor en la extracción de la concha negra. ‘En esta isla para todos amanece Dios’ nos expresa con la expresión sesuda propia de la edad.
Si bien es cierto que Puerto Pizarro puede ser un ícono de estos recursos en el litoral norteño; también es verdad que se distribuyen como tales en gran parte del mar que baña la costa del Perú. La lista de Recursos Invertebrados Marinos Bentónicos es extensa y tiene su particularidad en su extracción y una técnica milenaria que se mantiene y se releva de generación en generación.; pero, tiene que regularse su explotación.
En el caso norteño, podemos referirnos a las regiones de Piura y Tumbes y en cada una de ella la diversidad colisiona con la extracción sin mayor planificación, sucediendo lo que acontece en el mar, demasiada labor sin pensar, por ejemplo, en el repoblamiento y el uso responsable pensando en la sostenibilidad. “Se debe regular, pero es un tema sensible porque afecta de manera directa con la actividad individual de marisqueros y otros” nos señala un pescador.
En el mes de mayo 2025, el Ministerio de la Producción, modificó el “el Reglamento de Ordenamiento Pesquero de los Recursos Invertebrados Marinos Bentónicos, aprobado por Decreto Supremo N° 018-2021-PRODUCE, con la finalidad de fortalecer el marco normativo vigente para viabilizar el proceso de aprobación de Planes de Extracción de Recursos Invertebrados Marinos Bentónicos (RIMB), que permita ordenar el desarrollo de la mencionada actividad de forma equilibrada, integral y sustentable, sobre la base del conocimiento actualizado de los aspectos biológicos, ecológicos, pesqueros y sociales”.
Pero no solo ello, se aprueba una zona de reserva pesquera para Recursos Invertebrados Marinos Bentónicos (RIMB) es una o más áreas marinas o del ecosistema de manglar, que alberga uno o más bancos naturales de RIMB o con abundancia de dichos recursos, cuya calidad ambiental no representa riesgos sanitarios y se establece para dar refugio a los reproductores, favorecer los procesos reproductivos, proteger el reclutamiento y la reserva genética o para regular de modo particular la actividad extractiva. En ella se puede restringir de manera total o parcial el desarrollo de actividades extractivas.
Evidentemente, hablar de Recursos Invertebrados Marinos Bentónicos (RIMB) implicaría una nomenclatura solo entendible para técnicos; en términos más asequibles nos referimos a moluscos bivalvos y entre ellos la concha negra, choro, ostión, caracol rosado y otros; asimismo moluscos; y otros que son extraídos por pescadores especializados de la manera más funcional para extraerlos y ponerlos después en la mesa del consumidor.
La flora y fauna marina tiene una riqueza que merece ser sostenible; por ello, que se cumpla de manera estratégica el Plan de Extracción de RIMB que es el documento de gestión que ordena el desarrollo de la actividad extractiva de los RIMB en un área o áreas de una zona geográfica por parte de los pescadores artesanales organizados, con permiso de pesca vigente, que les permita realizar actividad extractiva de los RIMB.
Solo de esa manera, regulada, controlada y garantizando la existencia del recurso, se podrá garantizar el desarrollo de dicha diversidad y sobre todo, haciéndola sostenible en el tiempo. En tanto, en el plato de un consumidor, siempre será apetecible y sobraso, sobre todo cuando se utilizan moluscos y otros que deben gestionarse con responsabilidad.
