El 2021 es un año clave para todos los peruanos y en especial, para los norteños. En principio, por la llegada del Bicentenario de nuestra independencia, lo que sin duda marcará significativos hitos; pero también porque es el año donde se entregarán importantes obras de reconstrucción en los departamentos damnificados por el Fenómeno El Niño.
Por: Edgar Murphy
Gerente de Cuentas Clave y Prospección de Pacasmayo
El 2021 es un año clave para todos los peruanos y en especial, para los norteños. En principio, por la llegada del Bicentenario de nuestra independencia, lo que sin duda marcará significativos hitos; pero también porque es el año donde se entregarán importantes obras de reconstrucción en los departamentos damnificados por el Fenómeno El Niño.
Tras la firma del convenio de Gobierno a Gobierno con Reino Unido para la Reconstrucción del norte -país que nos asesorará técnicamente e implementará tecnología de manera eficiente- el Perú prevé hacia el siguiente año, la entrega del 50% de los colegios que resultaron afectados, ocho establecimientos de salud reconstruidos y la entrega de importantes vías; proyectos ambiciosos que tienen como fin el beneficio de la sociedad en su conjunto. Y aunque es clave el esfuerzo del Estado, también es necesario reconocer que hay un importante trabajo que se teje desde el sector privado para amplificar los beneficios.
Una de las enseñanzas que nos está dejando esta pandemia y que hemos adoptado desde el interior de nuestra organización, es que solo el trabajo en equipo, el cuidado mutuo y la sinergia entre sectores, nos ayudará a salir adelante y reactivar nuestra economía.
Este aprendizaje que va en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS) hacia los siguientes años, nos indica que es vital promover la generación de trabajo para impulsar nuestro crecimiento económico, innovar en los estándares de construcción sostenible y gestionar adecuadamente el impacto ambiental, mientras nos afianzamos en la transformación digital.
Debemos mirar hacia adelante, pero sin dejar de lado la experiencia y las lecciones aprendidas, como las del Fenómeno El Niño en 2017, que ocasionó la destrucción parcial de la carretera La Niña en Piura, dejando incomunicadas poblaciones enteras. Hecho que nos motivó a tomar la iniciativa y proponer soluciones no tradicionales, como la implementación de geobolsas, las cuales ofrecieron protección en la vía frente a nuevas inundaciones. Esta acción, sumada al trabajo de un equipo multidisciplinario nos permitió recuperar, en tiempo récord, 3 km de vía.
Experiencias como esta nos permiten reafirmar que los norteños de costa, sierra y selva, sí podemos construir nuestros sueños, aún en la adversidad. Incluso, nos da la certeza que nuestro país afrontará el futuro con una nueva mentalidad. Con obras, como la construcción de los Parques Eólicos Duna y Huambos que generarán energía eléctrica con la fuerza del viento y mejorarán significativamente la calidad de vida en las provincias de Chota y Cutervo, beneficiando a viviendas, colegios, hospitales, comisarías y alumbrado público general. Las cuales, sumadas a otros proyectos, como la construcción de centros comerciales en el norte, están generando miles de puestos de trabajo.
Es claro que nuestra obra para reactivar al norte es de largo aliento, sin embargo, desde hace algunos años, ya empezamos, y se acercan meses de mucho trabajo, que nos invitan a sacar lo mejor de nosotros, para que juntos, ciudadanos, empresa y Estado construyamos el norte que queremos.