ERP. El próximo 11 de enero, parte de la población peruana acompañará a las víctimas de los asesinatos de Barrios Altos y La Cantuta; en tanto, el condenado por los mismos, Alberto Fujimori goza de su libertad gracias al indulto otorgado en un proceso confuso y de festinación de trámites por parte del presidente Pedro Pablo Kuczynski. En su primera comunicación usando su cuenta de twitter ha manifestado que tiene sus “sueños” los cuales detalla.
“En las primeras horas de esta nueva etapa de mi vida, varios sueños me invaden constantemente y quisiera compartirlos. Anhelo un Perú sin rencores, con todos trabajando por un objetivo superior” indica el ex mandatario sin ningún ápice de arrepentimiento por los delitos cometidos y al contrario, asumiendo la condición de activo participante de la política peruano en claro apoyo al anciano PPK.
En las primeras horas de esta nueva etapa de mi vida, varios sueños me invaden constantemente y quisiera compartirlos. Anhelo un Perú sin rencores, con todos trabajando por un objetivo superior.
— Alberto Fujimori (@albertofujimori) 6 de enero de 2018
Esta apreciación se refleja en el segundo Twitter, en el cual expresa “Seremos un país en el que se recupere la seguridad y se elimine la violencia. Estas metas se podrán cumplir si los intereses particulares y oportunismos se dejan de lado. Unidos podremos lograrlo!” escribe el liberado ex presidente, para muchos causante de los problemas de crispación colectiva que enfrenta a los peruanos actualmente.
Seremos un país en el que se recupere la seguridad y se elimine la violencia. Estas metas se podrán cumplir si los intereses particulares y oportunismos se dejan de lado. UNIDOS PODREMOS LOGRARLO !
— Alberto Fujimori (@albertofujimori) 6 de enero de 2018
El anciano ex presidente, se encuentra residiendo en una lujosa vivienda de 1900 metros cuadrados en la Estancia de la Molina, una zona residencial posiblemente alquilada para que Fujimori, goce de su libertad, la misma que ha sido apelada ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, por los deudos de las personas asesinadas en La Cantuta y Barrios Altos.