ERP. En el Perú existen diversos casos de alta peligrosidad para entretener los días y las horas a las autoridades de la Superintendencia Nacional de Migraciones; sin embargo, se han dedicado a perseguir a la modelo venezolana Korina Rivadeneira, quien como decenas de extranjeros y extranjeras han encontrado una oportunidad en un país solidario y atractivo como lo es nuestro país.
Para la Superintendencia Nacional de Migraciones, Korina Rivadeneyra ha infringido las normas de migraciones y en tal sentido, deberá ser expulsada de nuestro país. No ha cometido delito alguno y ella misma se ha encargado de desvirtuar las acusaciones en su contra; pese a ello, existe una resolución que dispone su expulsión, una medida draconiana en contra de una mujer que decidió residir en Perú.
El Superintendente Nacional de Migraciones, Eduardo Sevilla, en una exagerada acusación y como si se tratara del delincuente más peligros que se haya conocido, acusó ayer a Mario Martín Hart Potestá, suegro de la modelo Korina Rivadeneira, de intentar coaccionarlo para que anule la resolución que dispone la salida del país de la joven venezolana.
Hace un tiempo Korina Rivadeneira ha contraído matrimonio con Mario Hart y frente a ello existen derechos constitucionales que se derivan del acto de matrimonio, entre ellos el de la nacionalidad que le es renuente por el momento.
Respecto a lo dicho por Eduardo Sevilla, el padre del piloto Mario Hart no tardó en responder al funcionario a través de su cuenta de Twitter, donde señala que “no te estoy proponiendo nada turbio. Te estoy dando una salida”, en clara alusión que el caso tiene salida y que por lo tanto puede ser considerado para que esta molestosa situación y sobre todo persecución llegue a su fin.
Aquí el mensaje completo q envié a mi compañero de armas y q mostró incompleto ante las cámaras de Latina. pic.twitter.com/vwt9nsaDoz
— Mario Hart Potesta (@Repquince) 7 de julio de 2017
Por su parte, el ministro del Interior, quien en algunas oportunidades declara y en otras evade las respuestas expresó el último domingo que "Tengo cosas súper importantes de la agenda en las que trabajar. La verdad no he estado prestando atención. Es un trabajo rutinario de la Policía"; sin embargo, sus dependientes no tienen la misma diversidad de labores, pues han centrado en capturar a Korina.
Carlos Basombrío resaltó que se le estaría dando mayor importancia de la debida: "Es un trabajo rutinario y es un tema de expulsión por haber estado de manera ilegal en el Perú. Para mí es un caso de los tantos que hay. La ley es igual para todos. Te lo digo con toda sinceridad, no está en la agenda del Gobierno".
Lo cierto que La Dirección de Migraciones peruana ha dictado la expulsión de la modelo venezolana Korina Rivadeneyra luego que se dijera que ha presentado documentación falsa para sustentar su presencia en Perú; sin embargo, ella misma expresa que trabaja en el Perú desde el 2011, que presentó su expediente y que con una prontitud que sorprende se dispuso su expulsión.
“En el caso de la expulsión es una medida que se toma si es que el extranjero desarrolla una conducta de carácter delictiva o política y que pueda constituir un obstáculo para la no humanidad. Por otro lado, la deportación obedece a una circunstancia en donde se encuentre irregularidad en la fase documental de quien se encuentra dentro del Estado”, explica Miguel Ángel Rodríguez Mackay, experto en relaciones internacionales.
Frente a este riesgo, la policía de extranjería es la que se encarga de detectar a los extranjeros en situaciones irregulares y de realizar los trámites correspondientes para proceder a la expulsión.
Mirando la realidad, se evidencia a todas luces que los supuestos que se le achacan a la joven venezolana, no lindan con lo delictivo real o con intromisión en asuntos políticos que constituyan un obstáculo para la humanidad; simplemente, es una persona que debido a sus capacidades para asuntos del arte, vino a Perú como tantos otros peruanos fueron a Venezuela encontrando oportunidades laborales, con la diferencia que no eran mediáticos como lo es Korina Rivadeneyra.
Aún la novela sigue, lo que si queda demostrado con las acciones que se realizan, que la Policía es eficiente para seguir estos casos, pero totalmente espuria cuando se trata de identificar y capturar a reales delincuentes, quienes muchas veces se pasean por sus narices y no pasa nada.
