ERP. Las elecciones congresales en Piura, han sorprendido no por el triunfo de Fuerza Popular, sino por el porcentaje que supera el 50%. Consecuencia de ello, de los 7 congresistas que le corresponden a Piura en el contexto nacional han logrado 5 y han dejado solamente 2 para el Frente Amplio y Alianza para el Progreso del Perú. Esta primera lectura trae algunas lecciones importantes.
Como sucede con organizaciones fuertes, el factor arrastre convierte en Congresistas más allá de las credenciales personales o profesionales que tengan o si son conocidos o no lo son. Es el caso de Luis López Vilela y Maritza García Jiménez, quienes lucharon hasta el final para recuperar su condición de candidatos, después que el partido los retiró. El Jurado Nacional de Elecciones se pronunció en última instancia y contra los argumentos del personero legal de Fuerza Popular los repuso en su condición de candidatos.
No tuvieron el tiempo de otros para realizar campaña, pero don Luis López Vilela logró una altísima votación y Maritza García Jiménez la suficiente para tener cierta seguridad de salir elegida. La abogada realizó su campaña pidiendo que los electores le digan no a la reelección; sin embargo, tanto Karla Schaefer como Freddy Sarmiento, no tuvieron mayor inconveniente para lograr el triunfo.
Las elecciones traen una novedad respecto a la representación piurana. Mártires Lizana Santos, si bien es cierto nació en Lambayeque, tiene su ascendencia en Huarmaca, distrito de la provincia de Huancabamba; Luis López Vilela reside en Morropón y su elección es un retorno de estos territorios a la representación congresal.
Aunque la procedencia o residencia no es tan significante en la labor congresal, de todas maneras se condicionan mejor para realizar una función de gestor territorial. En tal sentido, se podría esperar que la densidad del Estado sea mayor en ciudades ancestralmente marginadas como Ayabaca y Huancabamba.
Llama la atención que los liderazgos de provincias como Sullana y Talara, hayan sido tan pobres como para no tener la fuerza suficiente e imponer un ganador más local. En el caso de Sullana, todos quienes postularon se encuentran con bajos niveles de votación, lo que implicaría o que no gozaron con la presencia pública necesaria para ser votados o su nivel de descalificación fue mayor al reconocimiento de sus méritos.
Otro aspecto y que será motivo de un artículo más amplio, es el nivel de deterioro de la figura pública del ex presidente regional. En efecto, Javier Atkins Lerggios en el 2010, obtuvo cerca del 50% de los votos de los piuranos, es decir, mirado con optimismo se podría decir, que algo pudo conservar de ese respaldo político. Aunque era voz común entre todos los seguidores de Peruanos por el Kambio, los votos reales confirmaron el bajo nivel de respaldo y desgaste del ex funcionario regional.
En entredicho se encuentra la postulación de Marisol Espinoza Cruz, quien luego de dos lustros busca continuar en el Congreso, con otro partido político. Todo hace suponer que podría desempatarse favorablemente con Heidy Juárez, sin embargo, se comprueba que la gente no valoró adecuadamente su transfuguismo y migración hacia Alianza para el Progreso.
Otro elemento y que no es diferente a lo visto en el contexto nacional, es la baja votación de los candidatos de Alianza Popular (APRA-PPC). Aunque Adela Córdova Alcarazo, recibió un regular voto preferencial, su partido no tuvo una alta votación como para garantizar un cupo congresal.
Aún resta un porcentaje oficial para concluir, lo que si queda claro es que la región Piura se ha teñido de naranja. En efecto, el 50.42 de los votos congresales fueron para Fuerza Popular; el 12,29% para el Frente Amplio; el 10,69% obtuvo Alianza para el Progreso; en tanto que Peruanos por el Kambio solo logró el 8,87%.