ERP. A menos de dos meses para que los peruanos concurran a las urnas, no existe nada seguro respecto a los candidatos que podrían quedar en los primeros lugares y de esa manera, conocer quién podría ser el nuevo presidente de la República. Frente a ello, es necesario analizar, respecto a los partidos, transfuguismo, dispersión y otros males de la política y la sociedad peruana.
La nota más saltante y resultado de la forma de organización política del país, es la proliferación de "partidos políticos" como consecuencia de la facilidad para crear agrupaciones del nivel nacional. Pocas exigencias y mínimos requisitos, llevan a una explosión de organizaciones inscritas en el Jurado Nacional de Elecciones.
En democracias más sólidas de América Latina o del mundo en general, no existe tanta proliferación de organizaciones políticas y por ende de candidatos. En Argentina, Colombia, Chile, Uruguay, por mencionar algunos países, sus elecciones no tienen esta característica peruana, lo que es un indicio de mayor solidez en el caso de las democracias mencionadas y de precariedad por el lado peruano.
Considerando la experiencia del país, la democracia es entendida con ir solamente a votar a un determinado proceso electoral. La construcción de ciudadanía, aún es demasiado incipiente y poco existente en la imaginaria popular y respecto a las prácticas democráticas internas no existen ni para elegir directivos nacionales y menos para promover liderazgos (Llámese congresistas, por ejemplo).
Regresando a las elecciones actuales, Keiko Fujimori y Julio Guzmán, aparecen en los primeros lugares por el momento; más abajo y sin guarismos importantes destacan por sus cualidades Alfredo Barnechea y Verónika Mendoza. Nada es pronosticable por el momento y por el tiempo que restan para ir a votar y no llamaría la atención que hayan cambios significativos.
Keiko, de acuerdo a las dos encuestas publicadas hasta el 12 de febrero, parece que ha logrado un voto sólido, pero no suficiente para ganar en primera vuelta. Su porcentaje, podría ser fácilmente superable por otro aspirante y el que mejor se ha posicionado es Julio Guzmán. Entre ambos, no existe mayor diferenciación respecto a lo que proponen y se diría que es más de lo mismo.
En estos dos meses, son las decisiones y las estrategias las que influirán para hacerse sólidos o ser afectados por las circunstancias. Keiko Fujimori, por ejemplo viene siendo cuestionada por los cambios habidos en sus listas congresales. Analizando solo Piura, se propuso a un candidato que realizaba su campaña de manera entusiasta y de repente, fue sorprendido quitándolo de ella. Este tipo de inexistencia de democracia interna, dejó algunos afectados en la primera lista publicada y doblemente perjudicados a los excluidos sorpresivamente.
Las exclusiones crean resentimientos, que pueden calar en el prestigio y por ende, en la consistencia de la candidatura.
No solo son exclusiones, el transfuguismo se institucionaliza. Un personaje se promociona como candidato al Parlamento Andino mostrando el número 11 y es gracioso verlo de fujimorista, cuando solo hace un lustro, era un militante de otra fuerza política que también participa en estas elecciones. Este tipo de personajes, son aquellos que buscan un partido favorito para ganar y siguen el camino para llegar a las cúpulas que deciden.
Queda claro, que el transfuguismo es lo prevaleciente en esta elección. No es exclusivo de Fuerza Popular o de Keiko; se constata en la mayor parte de los partidos y muestran sobran, por ejemplo Marisol Espinoza Cruz, llegó a la política en el grupo de Ollanta Humala y ahora postula en su tercera oportunidad con otra agrupación y apoyando a otro candidato.
En esta elección, el primer acto de movilidad o transfuguismo de un partido a otro lo hizo Hernando Guerra o más conocido como Nano Guerra. Propuesto como candidato del Partido Humanista, renunció para luego ir hacia Solidaridad Nacional. Ninguna consistencia política o ideológica en la decisión, solo búsqueda de ser candidato, una decisión que más linda con la vanidad.
Respecto a Julio Guzmán, llega la primera acusación de plagio y proviene de Podemos de España. Aunque Guzmán expresa que su compaña es totalmente genuina, lo cierto que muchas estrategias corresponden a la organización que lidera Pablo Iglesias y justamente la responsable de obligar a un cambio político en España.
Tan pronto se enteraron por las encuestas que Guzmán podría ser un outsider, de inmediato fue llenada por peruanos oportunistas y en búsqueda de una posibilidad de poder que las otras organizaciones no les permiten. Esta organización, se encuentra copada por personas sin mayor experticia y sin formación política que garantice un mejor trabajo que sus precedentes.
Existe una población entusiasta que le gusta ser parte de la “fiesta democrática”. Van de un lado a otro y sin tener consideración, ideología, doctrina, programa y demás aspectos que darían institucionalidad a un partido político. Es una masa compacta, que se mueve por emociones y sentimientos, y que convierten de repente, en favorito a quien se encontraba en una nimia ubicación.
Un buen momento en la televisión o un acto mediático pueden catapultar a alguien o hacerlo crecer. Es lo que sucedió con Acuña primero, Guzmán después, y posiblemente Alfredo Barnechea y Verónika Mendoza después. Sus seguidores, siempre se encuentran en la impronta de un acto que los lleve a lograr mayor cantidad de votos.
Lo cierto, que al 05 de junio (Fecha de segunda vuelta electoral) los peruanos conocerán al sucesor de Ollanta Humala. El 28 de julio asumirá el mando el ganador; pero quedará pendiente el repensar los partidos políticos con miras a una mayor institucionalidad. Por el momento, el futuro es tan oscuro y determinado para mantenerse el estatus quo.