ERP. El racismo es un problema nacional que se vive incluso en el lugar más recóndito del país y no existe contención ni en la propia clase política. Lo dicho por Martha Chávez contra Vicente Zeballos, es un caso más de otros escuchados anteriormente, como aquella vez que se mofaron por la forma de expresión de una parlamentaria quechua hablante que se le criticaba por la dicción de su español.
Vicente Zeballos fue parlamentario en dos oportunidades y el presidente Martín Vizcarra Cornejo en uso de sus competencias lo nombró como representante del Perú en la Organización de Estados Americanos. Las respuestas de los enemigos del régimen fueron adversas y las críticas más se centraron en su aparente incompetencia; sin embargo, apareció Martha Chávez Cossio para ser más directa.
Ella, con la flema que la caracteriza, expresó que, por los rasgos de Zeballos, bien podría ser designado embajador en Bolivia, posteriormente, en lugar de justificarse y retractarse pretendió encorajinarse más de su primera expresión. La indicada parlamentaria, nació a la vida política en las huestes del fujimorismo, y es bastante conocida su conducta díscola en el escenario nacional.
Los apellidos de Zeballos no necesariamente son indígenas, como tampoco lo son los de Chávez. Ambos son parte del sincretismo peruano desde el avasallamiento español en territorio nacional y después de las hornadas de inmigración hacia América del Sur de europeos. De acuerdo a ello, Ricardo Palma, tuvo frases que mantienen su vigencia pues “Quién no tiene de inga, tiene de mandinga”.
Y justamente, sin reiterar lo que pretendemos cuestionar, los rasgos étnicos de Chávez no difieren mucho de los de Zeballos. Por lo tanto, la confrontación de Chávez contra el ya representante del Perú en la Organización de Estados Americanos, corresponde al ataque racista de alguien que tiene un rostro mestizo que critica a otro que le es muy similar.
Pese a los esfuerzos de política estatal para integrar a este Perú diverso, existen expresiones que acentúan peyorativamente diferencias por raza u orígenes. Lo cierto, que los peruanos a través del tiempo, fueron diversificando las mezclas de sangre, primero entre procedentes del mismo Perú profundo, después es conocido el mestizaje con la abrupta presencia de españoles y posteriormente con la oleada de inmigración hacia el territorio nacional.
Zeballos, Chávez, Zapata, Pérez, por mencionar apellidos, son parte de ese sincretismo que es parte de la realidad y que caracteriza a la peruanidad. Chávez, no es una ignara cognitiva y por lo tanto, debería saber definir el límite de sus expresiones; sin embargo, lo declarado contra Zeballos demuestra un tema cultural que ha sido incapaz de desterrar de su mente.
Máxime, el mismo desarrollo normativo del país penaliza las expresiones racistas y aunque para Chávez, una sanción más parece no importarle, se debería actuar para dar un ejemplo que el racismo debe ser rechazado y evitado por todos. Esperemos que sea así, y que se siga acentuando en el Perú una educación que valore las diferencias y que reconozca el mestizaje como un hecho real que es transversal a la realidad étnica.