ERP. Como hemos reiterado desde hace mucho tiempo, la composición del Congreso de la República, no es el resultado de una amplia mayoría, sino por una ley que perjudica a las minorías y que les impide acceder a cupos si no superan un 5% de los votos válidos o al menos 7 representantes en más de una circunscripción electoral. El beneficio es para todos los grupos que están en el parlamento y en el caso actual, sobremanera para Fuerza Popular.
Frente a esta realidad, Fuerza Popular con un 30% del total de los votos del país, logró más de 70 cupos parlamentarios de 130 y esta situación los está llevando a una situación de intolerancia y soberbia. Es una agrupación que se nutre de un pasado poco aleccionador para la democracia y de prácticas cuestionables para con sus adversarios. Cuenta con el respaldo del minúsculo Partido Aprista Peruano.
Bancada de Peruanos por el Kambio, son oficialistas pero minoría en el Congreso de la República
Por el momento, para este grupo no es prioridad tener fuera de la cárcel al ex presidente Alberto Fujimori. Han pretendido que esta situación suceda, más por decisión de la presidencia de la República y no por una decisión que parte del Congreso de la República donde tienen mayoría legal pero no social. Pedro Pablo Kuczynski se ha mantenido ajeno a las estrategias de los de Fuerza Popular.
Tres nuevos casos se suman a los conocidos del Fiscal de la Nación y miembros del Tribunal Constitucional. Estos hechos vienen causando mayor crispación y fragilidad de las instituciones peruanas.
El primero se encuentra vinculado a la actitud contra el Ministerio Público, la misma que realizó un allanamiento a los locales de Fuerza Popular. Siguiendo la histórica conducta, varios de los parlamentarios fujimoristas pretendieron impedir la acción fiscal e incluso en actitud intimidatoria procedieron a filmar la acción judicial. La presidenta de la Comisión denominada Lava Jato, estuvo presente en el lugar situación que la descalifica.
Justamente, frente a lo observado se realizó una reunión de la Comisión Lava Jato, que investiga los casos de corrupción de Odebrecht. En ella se solicitó que la presidenta, quien pertenece a Fuerza Popular renuncie al cargo; considerando que la mayoría le es afín, se negó descalificando todas las acciones que se realizan, entre ellas la benevolencia en el tratamiento de Alan García Pérez, vinculado a los casos de corrupción de la empresa brasileña, aunque él lo niega vehementemente.
Es obvio deducir que tanto Fuerza Popular como el Apra, coincidirán siempre para favorecer los primeros a Keiko Fujiomori y los segundos a Alan García Pérez. En este aspecto hacen gala de todos sus argumentos y exposición mediática, además de sus estrategias para pretenden inclinar la balanza a su favor; sin embargo, parte de la población cree que son los objetivos más individuales y de grupo los que estarían incidiendo en su comportamiento.
El otro aspecto tiene que ver con la actitud de la Comisión de Ética, donde pasan los cuestionamientos contra los parlamentarios del oficialismo y que son minoría, en tanto que otros que vinculan a Fuerza Popular simplemente no proceden. Bastaría recordar el caso de varios de ellos, quienes se encuentran cuestionados en su comportamiento ético y moral.
Asimismo, existe motivo de crispación con la convocatoria al presidente de la República, quien no se encuentra obligado a realizar declaración alguna al Congreso, excepto lo que se encuentra perfectamente establecido en la Constitución Política del Perú. Aún la respuesta de PPK se encuentra pendiente, pero por el lado de los parlamentarios de su partido, se entiende que estará reiterando dar declaraciones por escrito.
Evidentemente, lo que se busca es crear una sensación de desgobierno, de inmoralidad y corrupción. Lo cierto, que según algunas fuentes que manejan información contable, lo que podría venir de Brasil, estaría comprometiendo a los últimos 4 gobiernos y otros funcionarios, además de organizaciones políticas como las de Fuerza Popular, cuya estratagema de defensa sería simple: Acusa al otro para confundir y solo confundir.
Lo que si queda demostrado, que con la clase política actual, todo cambio real de la sociedad y del Estado peruano simplemente son un imposible real. Se cayó al fondo tras la salida de Fujimori y se creyó que serían la lección aprendida para no repetir los mismos errores. En estos momentos, la situación y el futuro, simplemente es impredecible.