ERP. Durante los últimos meses se han programado simulacros para enfrentar en el “Fenómeno el Niño”, el mismo que se anuncia para el próximo verano. Más allá de la búsqueda de sensibilización respecto a este posible evento; lo que se requieren son acciones efectivas para otorgar seguridad y disminuir los impactos negativos de la población de ciudades como Piura, Sullana, Talara, Paita, y otras de menor densidad.
El estar preparado para soportar lluvias intensas, tiene otra connotación a un terremoto, tsunami. La prevención frente a los impactos negativos de altas precipitaciones se encuentra más vinculado a la gestión territorial y sobre todo a la gestión urbana.
Piura, tiene mucha experiencia en lluvias intensas. Sus pobladores saben que les pasará si el Fenómeno “El Niño” es una realidad. Sus ciudades no se encuentran preparadas para este tipo de eventos, y las consecuencias serán las mismas a periodos anteriores. Se ha trabajado poco en prevención y lo que se ve en estos momentos, es la impronta de algunos funcionarios que quieren solucionar el efecto y no mirar las causas.
Las causas que incrementan el riesgo, son las decisiones institucionales y las de la propia población. Las primeras al no planificar el uso de suelo de su territorio y no hacer respetar los mapas de riesgo y la población, por ser poco cauteloso cuando se trata de construir una vivienda. De esta manera, tenemos viviendas y construcciones públicas en hondonadas y quebradas.
Como ya hemos mencionado en otra oportunidad; son los asentamientos humanos los que tienen que planificarse. Si algún sector se encuentra en zona vulnerable, el riesgo de ser afectado es mayor. Es el caso de Los Polvorines, Los Tallanes de Piura o Héroes del Cenepa en Sullana o cualquier asentamiento humano de Talara, de Paita o de Sechura. En la mayor parte de estas ciudades, el problema es el mismo.
En las ciudades de Piura, Castilla, Sullana, Talara, Paita, Sechura, Catacaos, existen unas poblaciones más vulnerables que otras. Y la vulnerabilidad no se encuentra solamente asociada a la pobreza, sino fundamentalmente al uso del suelo.
El uso de suelo nos da la triste realidad, que el crecimiento urbano, se ha realizado sin ningún tipo de planificación. Es el caso de Los Tallanes de Piura, donde el sistema de evacuación es mínimo en relación a la capacidad de ingreso del recurso hídrico. Generalmente en procesos anteriores, el agua de lluvia ha inundado los primeros pisos de las viviendas.
En la ciudad de Paita, existe uso de suelo en los acantilados y por lo tanto, si alguien tiene su vivienda en estas zonas, es posible que sean damnificados. Lo mismo sucede en la ciudad de Sullana, donde la mayor parte de asentamientos se ubican en zonas bajas y en cauces de quebradas.
Lo que una buena prevención reclama, son inversiones oportunas y previas para proteger a la población, la infraestructura pública y privada y garanticen la continuidad de la vida cotidiana más allá si llueve o no. En la región Norte al no existir un buen sistema de evacuación, una lluvia perjudica todas las actividades y los ejemplos sobran en Tumbes, en Piura, Lambayeque e incluso La Libertad.
No se trata solamente de tener mapas de riesgo, sino de estudios de desarrollo urbano, donde el enfoque de riesgo se haga prevalente. De acuerdo a informaciones especializadas, la mayor parte de ciudades importantes de estas regiones, cuentan con mapas de riesgo, pero la mayor parte de ellas, no tienen un plan de desarrollo urbano y si lo tienen simplemente no lo cumplen.
Si las lluvias se presenten en condiciones severas; será una oportunidad más remediar lo que se viene haciendo mal desde hace lustros.
Fotografía referencial