ERP. El gobernador de Arequipa pretende ser satanizado por sus declaraciones. Elmer Cáceres Llica, ha pedido con firmeza que se deje sin efecto la licencia de construcción otorgada por el Ministerio de Energía y Minas a la empresa Southern Peru Copper Corporation para el Proyecto Tía María; antes calificó de traidor al presidente Martín Vizcarra y últimamente lo responsabilisa de las muertes que pudieran ocurrir en las protestas.
Esta situación nos lleva una vez más a reiterar que el poder en el país sigue siendo centralizado y que los gobiernos subnacionales son solo tomados en cuenta para el pago de planillas del sector educación y salud y como ejecutores de algunos proyectos que los ministerios les conceden por delegación. ¿Poder real en regiones? Casi nada.
Un inesperado viraje de Martín Vizcarra, lo coloca en la misma situación de sus predecesores Alan García Pérez y Ollanta Humala, es decir no respetar la opinión de las provincias y distritos del país. Se regresa a la vieja costumbre que todo se decide desde Lima y que los gobiernos subnacionales solo son entes administrativos, algunas veces mesa de partes del nivel central y sobre todo entes sin voz ni voto en casos importantes.
Excepto Gregorio Santos que tuvo una valiente reacción en Cajamarca, los gobernadores regionales en su mayoría, son personas elegidas que de inmediato son captados por el nivel central entregándoles recursos para la ejecución de proyectos y obviando sus competencias. Aunque existe una ley que señala el marco en el cual deben actuar, es lo de menos, lo importante es que no digan nada y menos que cuestionen el orden establecido.
Así como para el nivel central es importante que los gobernadores regionales y sus consejeros sean fieles y obedientes al status quo existente en la relación nivel central – regional, también los poderes económicos buscan que un mandatario sea representante de sus intereses y que haga lo que ellos quieren con el Sambenito de la inversión y el desarrollo.
Bastaría conocer lo que sucedió con Ollanta Humala y su hoja de ruta, la tributación de las empresas mineras y demás propuestas que quedaron en el cesto del olvido. Es el mismo camino que viene asumiendo el presidente Vizcarra, quien se ha empantanado con su retórica de la reforma política y judicial, sin mirar más allá de lo que viene sucediendo en el país.
En esta dinámica de preponderancia del nivel central, sin importarles lo que crea y piense la población de las regiones y distritos, se deja sin efecto el consenso que debería existir siempre y el nivel central se envalentona facilitando los negocios de las empresas mineras e incluso convirtiéndose en sus defensores y manifestando con gracia respecto a Tía María “que (…) se ha comprometido a no iniciar obra”.
Cáceres Llica, gobernador de Arequipa, no se ha quedado callado y con toda claridad ha respondido a las pretensiones del nivel central y con mucha firmeza pide que en el caso de la licencia de construcción otorgada a Southern Peru Copper Corporation se deje sin efecto para iniciar el diálogo que pregonan desde Lima. Ha reiterado que no se trata de amenazar, sino de prevenir por lo que pudiera ocurrir con la población del sur.
Se ha pretendido, se pretende considerar que los gobiernos regionales son corruptos y que no tienen capacidades construidas para gobernar. Se decide desde Lima en lo mayor y también en lo menor; en tanto, la mayoría de los gobernadores viajan muy alegres y obedientes a los Gores Ejecutivos, espacios que son conceptuados como una efectiva descentralización y no lo son.
La actitud de Cáceres Llica, más allá de ser consecuencia de una manera indebida de gestionar el poder desde el nivel central, es una lección para gobernadores y alcaldes de todo el país. La descentralización, tiene otras connotaciones que en el caso peruano no se quieren entender o simplemente se obvian desde las regiones y sobre todo desde Lima. El despertar de las regiones es urgente y necesario.
En el caso de Piura, es muy probable que se tenga en agenda la explotación del proyecto de Río Blanco ¿Será otro conflicto más para Martín Vizcarra?